La Ciudad de México durante los años 50 se convirtió en un refugio e inspiración en la vida de los integrantes de la Generación Beat; marcando especialmente a Joan Vollmer y William Burroughs quienes protagonizaron una de las noticias de nota roja más famosas en la ciudad.
El movimiento beat surgió en los años 40 y 50; el encuentro y la amistad entre varios jóvenes que compartían el desencanto del mundo después de la guerra, el rechazo al sueño americano y al capitalismo; así como el excesivo consumo de drogas fue lo que unió a este grupo. Junto con William Burroughs, Joan Vollmer representaba el espíritu del movimiento, puesto que se alejaba del ideal de mujer estadounidense –alguien que esperaba todas las noches a su esposo con la cena lista. Ella en cambio se reunía con artistas y escritores con quienes discutía sus lecturas y tomaba largos baños en su tina mientras leía a Proust.
Los tres autores más representativos del movimiento beat Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William Burroughs se conocieron en el departamento de Vollmer. William Burroughs y Joan comenzaron una relación a pesar de que éste se reconocía como un hombre gay, incluso tuvieron un hijo juntos. Después de muchos problemas con la ley, en septiembre de 1949 Burroughs escapó hacia CDMX, y en octubre del mismo año Vollmer, Julie, hija del matrimonio anterior de ella, y su hijo Billy le siguieron.
La familia Burroughs vivió en la Roma, en el número 37 de la calle José Alvarado —que en 1949 era Cerrada de Medellín. Después se mudaron al 210 de la calle de Orizaba. En ese entonces la Roma estaba ocupada por familias de clase media y extranjeros. Los lugares en la Roma y otros puntos de la ciudad fueron registrados en novelas, poemas y cartas de Kerouac, Ginsberg, Burroughs y otros escritores beat; sin embargo poco se sabe de la vida de Joan Vollmer en la CDMX.
De acuerdo con algunas cartas de Burroughs, Julie y Billy jugaban con los niños de la colonia, pero Joan, al no poder conseguir benzedrina, anfetamina a la que era adicta, pasaba los días haciendo el trabajo doméstico y emborrachándose con tequila, mientras Burroughs se drogaba con amigos y amantes.
El 6 de septiembre de 1951, Burroughs y Vollmer se dirigieron a casa de su amigo John Healy. Existen varias versiones sobre lo que pasó esa noche, entre las declaraciones de Burroughs, los consejos de su abogado, las noticias de nota roja y las leyendas, pero lo que es cierto es que aquella noche, en el 122 de Monterrey en la colonia Roma, William Burroughs mató a Joan Vollmer.
El bar The Good Ship Bounty, donde estudiantes estadounidenses se reunían, se encontraba en la esquina de Monterrey y Chihuahua, pero todos lo conocían como El Bounty. Según escribe Jorge García-Robles en ‘La bala perdida: William S. Burroughs en México’, en el departamento número 10 de este edificio se reunieron algunos amigos con la pareja, y después de beber y platicar un rato, Burroughs le pidió a Vollmer que le dejara demostrar a los asistentes que tan buena era su puntería usando una arma que tenía.
Joan Vollmer se levantó, tomó un vaso de cristal y lo puso en su cabeza mientras cerraba los ojos; Burroughs por su parte tomó el arma que estaba en la mesa y disparó. Como es sabido, esta imitación de Guillermo Tell salió mal y en pocos minutos llegaron paramédicos para llevarse a Vollmer, quien sobrevivió unos minutos en la Cruz Roja que estaba en Durango y Monterrey. Policías, reporteros, fotógrafos y abogados llegaron a la escena del crimen.
Burroughs fue trasladado a la prisión de Lecumberri y aunque ya había contado la historia del vaso en la cabeza a los reporteros en el hospital, su abogado le dijo que cambiara su historia. Así, oficialmente, Burroughs dijo haber estado revisando la pistola cuando se le cayó de las manos y accidentalmente se disparó, hiriendo de muerte a Joan Vollmer. Después de 13 días, William Burroughs fue puesto en libertad mientras continuaba el juicio; regresó a su casa en Orizaba y se deshizo de todas las pertenencias de Vollmer. Su hijo Billy nunca pudo ver una foto de Joan Vollmer, incluso cuando a los 32 años le rogó a su padre que le enviara una foto, este no lo hizo.
El 9 de septiembre de 1951, los restos de Joan Vollmer fueron colocados en la tumba 1018-A del Panteón Americano en la Calzada México-Tacuba, sin ninguna inscripción o nombre que la identificara. Debido al abandono de la tumba, en 1990 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un aviso para pagar los gastos del panteón, pero nadie respondió al llamado, por lo que en enero de 1993 movieron sus restos al nicho N82, clase R, sección PR y fue marcada como ‘fosa-1080’. En 1996, William Burroughs, a través de algunos amigos, envió dinero para que se grabará en el nicho “JOAN VOLLMER BURROUGHS LOUDONVILLE, NEW YORK 1923 MÉXICO, D.F. SEPT. 1951”, siendo este y algunas fotos la fonda que hoy se encuentra en Monterrey 122, los únicos indicios de su paso en la CDMX.