La costumbre de caminar por las mismas calles provoca que demos por sentado lo que hay en ellas; pareciera que todo ha sido siempre como es ahora, sin embargo, la CDMX cambia todo el tiempo. La Diana Cazadora es uno de esos monumentos que se han convertido en un símbolo de la ciudad y punto de encuentro. Pero esta escultura no siempre ha estado ahí, su historia está llena de controversias y mudanzas.
Durante los años 40, el entonces presidente Manuel Ávila Camacho tenía la intención de darle una nueva imagen a la ciudad y solicitó al regente del entonces Distrito Federal, Javier Rojo Gómez, la creación de varias fuentes colosales. En lugar de una diosa griega o romana, Ávila Camacho quería un símbolo de la feminidad mexicana, así que la encargó al escultor guanajuatense Juan Fernando Olaguíbel y al arquitecto mexiquense Vicente Mendiola.
La Flechadora de la Estrella del Norte fue develada el 10 de octubre de 1942 en la glorieta más cercana al Bosque de Chapultepec, en la intersección de la avenida Río Ródano, Sonora y la Puerta de los Leones. A pesar del deseo del presidente por alejarse de las figuras clásicas, lxs capitalinxs decidieron renombrar esta escultura como la Diana Cazadora, como aún la identificamos hoy.
Pero el cambio de nombre no fue lo único que no salió de acuerdo al plan de Ávila Camacho, sino que su esposa Soledad Orozco, líder de la Liga de la Decencia, consideró que la escultura era un mal ejemplo para los niños que visitaran Chapultepec, por lo que pidió que la vistieran –fue así que en 1944 el escultor añadió una falda de bronce. Más tarde, durante 1967, Olaguíbel se acercó al regente del ex DF para pedirle retirar la falda, y aunque se logró el permiso, la escultura se había dañado, por lo que fue necesario que el escultor realizara una nueva Diana.
En 1974 comenzaron las obras en Circuito Interior, cambiando una vez más la cara de la CDMX. Para construir el paso a desnivel que cruza Paseo de la Reforma fue necesario desmontar la fuente y por dos años, la Diana fue almacena en la casa del escultor Olaguíbel. Finalmente, en 1976 se reubico en el Parque Ariel a un costado de donde hoy se encuentra la Torre Mayor. Fue en este lugar que la Diana, después de muchas controversias, pasó desapercibida por muchos años.
Al final de la década de los 80, un grupo de artistas exigió su reubicación, y entre los meses de septiembre y diciembre de 1987, las autoridades capitalinas realizaron una consulta pública para trasladar la Diana a la glorieta de Niza en Reforma, es decir la Glorieta de la Palma; en febrero de 1988 se llegó a la conclusión que “por la estética del monumento“, éste debía estar situado en un jardín para poder ser observado, pero que la economía del país no estaba para hacer un gasto de esa naturaleza, por lo que no se intentaría moverlo.
La mañana del 18 de mayo de 1992 la Diana amaneció con una máscara antigas: fue la primera protesta de Greenpeace en México. El acto de “Quitémosle la máscara a la Ciudad” tuvo como objeto presionar a las autoridades para dar a conocer la información real y completa de los contaminantes que de manera alarmante degradaban el ambiente de la capital.
Algunos meses después, gracias a la insistencia de lxs capitalinxs, la Flechadora de la Estrella del Norte fue trasladada a la glorieta formada en la intersección de Río Mississippi y Sevilla, en donde por muchos años estuvo la La Fuente de Cutzamala, conocida por todos como Las Regaderas o Fuente de los Hongos.
Actualmente podemos apreciar a la Diana nuevamente sobre Paseo de la Reforma y dicen que quizá aún mejor que en su lugar original, pues la glorieta de Sevilla es más amplia que su antiguo lugar en Ródano.