“La leyenda corre. Se cuenta que la remodelación de este edificio fue debida a una frase que don Rodrigo de Vivero y Aberrucia expresó a su hijo. El padre, además de haber escrito un “Tratado de economía política”, varios “Discursos” y una “Relación” respecto al naufragio al que sobrevivió cuando venía a establecerse a la Nueva España, fue nombrado Conde del Valle de Orizaba. Un día, cansado de que su hijo Nicolás no tuviera mayor actividad que la parranda y el desmán, derrotado expresó: “Hijo, tú nunca harás casa de azulejos”. Nicolás Diego de Velasco reaccionó, y años después, mandaría a rehacer aquella casa con los mosaicos y la cantera enramada que hasta la fecha la caracterizan. Los descendientes del Conde de Orizaba residieron ahí hasta 1871.
Por su importancia y ubicación estratégica, el inmueble participó de varios sucesos históricos: aparece en la acuarela que retrata la entrada de Iturbide en 1821 con el Ejército Trigarante; fue escenario del asesinato de uno de los descendientes de don Rodrigo durante el Motín de la Acordada (asesino que públicamente fue ejecutado enfrente, en la Plaza Guardiola); en el porfiriato fue sede del Jockey Club (al que Gutiérrez Nájera dedicó un largo poema); durante la Revolución Mexicana fue sede de la Casa del Obrero Mundial y propagandista del muralismo mexicano (en la pared que lleva al segundo nivel se hallan los murales Omnisciencia, de José Clemente Orozco, y Pavorreales, del artista europeo Pacologue). A partir de 1917 se inauguró el restaurante Sanborns, propiedad de los hermanos Walter y Frank: desde entonces, los azulejos, la cantera labrada, los barandales de hierro forjado, los guardapolvos revestidos de talavera, las columnas, vigas de madera y el elevador han sido anfitriones de una larga lista de comensales sobre los que bien valdría hacer una larga historia.”
Horario: Lunes a domingo de 7 a 1 horas
Sitio web: sanborns.com.mx
Teléfono: 5512 1331
Zona 1: El primer cuadro
Dirección: Francisco I. Madero 4, Centro