En 1939 el arquitecto alemán, Max Cetto llegó a México, y aunque ya era un arquitecto reconocido en Europa y Estados Unidos, en México aprendió y conoció nuevas técnicas, trabajó con arquitectos como Villagrán y Barragán y pudo desarrollar una arquitectura propia que lo llevaron a convertirse en uno de los principales exponentes de la arquitectura moderna en México, siendo su casa en el Pedregal de San Ángel uno de los ejemplos más contundentes de los principios y la estética de la arquitectura en el México.
Max Cetto llegó a México en un momento en el que muchos inmigrantes y exiliados europeos fueron acogidos en México, por ejemplo, en 1937 llega a México León Trotski y entre los años 30 y 40 llegaron Antonin Artaud, André Bretón, Remedios Varo, Leonora Carrington, Tina Modotti, Hannes Meyer, Gunther Gerszo, Kati Horna, Emerico Weisz y Luis Buñuel, por mencionar algunos. Todos ellos se convirtieron en un referente dentro de sus disciplinas, pues lograron conjugar su práctica artística con la tradición, los temas y el contexto mexicano.
Cetto había sido parte del Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) de 1928 a 1938, y en Estados Unidos conoció a Frank Lloyd Wright y trabajó en la oficina de Richard Neutra en San Francisco, esto evidencia la gran trayectoria y reconocimiento con el que ya contaba fuera del país. Cuando llegó a México trabajó con José Villagrán García en la construcción del Hospital Infantil en Centro Médico y, de acuerdo a los testimonios del propio Cetto, fue durante este trabajo que pudo conocer la forma en la que se construía en México y conocer de cerca a los obreros, albaliñes y artesanos quienes además le enseñaron español.
Durante los años 40 y 50 la arquitectura mexicana tuvo su gran auge y muchos de los arquitectos de la época experimentaron y materializaron sus propias teorías y principios en la arquitectura residencial, particularmente en sus propias casas, tal como Barragán y O’Gorman, El Pedregal es una de las zonas en donde es posible ver la importancia de este momento en la arquitectura en México.
Fue en 1948 cuando Barragán invita a Max Cetto a trabajar en las primeras propuestas para Jardines del Pedregal: la casa Prieto López y las casas muestra de Av. Fuentes 130 y 140. Al mismo tiempo, Cetto tuvo la oportunidad de construir su propia casa también en el Pedregal, en la calle Agua 130, esta obra es de especial importancia porque fue la primera casa que se edificó en el fraccionamiento. El arquitecto, su esposa Catarina Kramis y sus hijas Verónica y Ana María llegaron a vivir a esta casa en 1949; mientras que su tercera hija, Bettina Cetto, nació cuando la familia ya vivía ahí, siendo la primera niña en nacer en el Pedregal moderno.
En la casa Cetto, el arquitecto tomó como principal referencia la propia naturaleza del pedregal: las formas de las piedras y el terreno, esto de acuerdo a los principios de la arquitectura orgánica. La piedra volcánica es una de las características más importantes del Pedregal por lo que Cetto decidió construir sobre la parte más alta del terreno y seguir las irregularidades del mismo. Se dice que no se dinamitó nada de piedra volcánica para su construcción. Esta edificación esta constituida por un volumen horizontal de dos niveles; el primer piso se construyó en 1949 y la segunda parte en 1951.
En la arquitectura de está época, la plástica era parte primordial de los espacios por lo que en la casa Cetto no podía ser la excepción; así en el estudio, diseñó un mural pétreo a base de tezontle rojo y piedras de colores. En el mural se representan los signos zodiacales de la familia y los símbolos de Júpiter, Saturno, Venus, el Sol y la Luna; al centro hay una cruz formada por cuatro hombres de distinto color que sostienen en alto un martillo. Cabe señalar que aunque este mural se encuentra en el estudio, es posible apreciarlo desde algunos puntos del jardín. Los jardines también fueron parte importante de las casa del el Pedregal, el jardín de la casa de Agua 130 fue diseñado por Catarina Kramis, quien utilizó diversas especies endémicas y exóticas, las cuales se mezclan con estanques de agua irregulares.
La casa proyectada y construida por Max Cetto es una de las pocas edificaciones originales que quedan en el Pedregal. Puedes agendar tu visita para conocerla a través del sitio web, y conocer más sobre su historia a través de @casaestudiomaxcetto.