A veces suceden cosas dentro las paredes de los institutos de la UNAM que pueden salvar el mundo. O al menos, sin duda, aplazar su deterioro. Esta es una de esas veces, pero además el plan ya está puesto en marcha (cosa que, como sabemos, es muy difícil que pase en el país). ¿Qué es? Un sustituto para el unicel hecho de semillas de tamarindo. ¿Su ventaja? Tarda 3 meses en degradarse, en lugar de cientos de años.
Alfredo Maciel, científico del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, y Abel Humberto Cortés, de la Facultad de Química, desarrollaron esta espuma biodegradable a partir semillas de tamarindo. Lo asombroso de esto es que el nuevo material no ocuparía mucho tiempo en la basura, pues a la intemperie hongos y bacterias tardarían entre 2 y 3 meses en comérsela.
Si nos quedaba duda de la maravilla que es el tamarindo, ahora sí podemos decir que cada parte de esta deliciosa fruta, tan cara a los turistas de Acapulco, se aprovecha plenamente. La pulpa se utiliza desde para dulces (combinado con azúcar o sal), concentrado para aguas o refrescos, hasta para la salsa inglesa. Las hojas y la corteza tienen aplicaciones medicinales para problemas digestivos, y la madera del árbol se utiliza para fabricar muebles y dar sombra a carreteras y autopistas. Ahora, las semillas podrían cambiar el estado del mundo.
México produce 39 mil toneladas de tamarindo al año, y una tercera parte son semillas, de las cuales se desechan 12 mil toneladas. De este desecho Maciel y Cortés proponen hacer espuma y con ello ahorrarle al planeta –por lo pronto al país– la infame e interminable tarea de degradar el unicel, ese material tóxico, no renovable y tan ubicuo en nuestra vida cotidiana.
El caso es que las semillas de tamarindo contienen gran cantidad de un polisacárido hecho de glucosa que, al injertarle químicamente un monómero parecido al hule, resulta en un material resistente y flexible que se parece mucho al poliestireno expandido.
La espuma desarrollada en la UNAM puede servir para hacer vasos y platos desechables, pero también empaques para aparatos electrodomésticos y equipo científico, paneles de anuncios, aislantes térmicos para la construcción, cajas de pescado o hieleras para transportar vacunas.
Sin duda hay que estar al pendiente de la evolución de esta espuma de tamarindo. Pero por lo pronto, si quieres reemplazar cualquier tipo de unicel, dirígete aquí.