La Unidad Independencia es una ciudad en sí misma o hasta mejor. Pocos lo saben, pero allí dentro hay jardines abundantes tupidos de verdor, muchos juegos infantiles de concreto, de esos que tienen forma de animal y que son tan capitalinos, dos teatros, una clínica y un supermercado. En sus inicios, en 1960, incluso tuvo un pequeño zoológico. Esta micro ciudad está en la delegación Magdalena Contreras y fue parte de la breve existencia de ese “Estado benefactor” que le daba casa a la clase obrera mexicana.
En el año bisiesto de 1960, el presidente Adolfo López Mateos inauguró estas 2, 235 viviendas para demostrar la legitimidad que presumía el PRI en ese momento. Tanto así que invitaron a John F. Kennedy a conocer la unidad durante su visita a México en 1962. Y quedó encantado.
El Conjunto Habitacional Unidad Independencia es de los arquitectos Alejandro Prieto Posadas y José María Gutiérrez Trujillo, y no descuida ninguna de las preocupaciones de la modernidad, como dotar a sus residentes de polideportivos, etc. Pero lo que más destaca son las esculturas, desde los animales de concreto en los juegos infantiles, los bordes de los edificios con símbolos mexicas, hasta la pieza escultórica inmensa de Luis Ortiz Monasterio que muestra el águila y la serpiente sobre el nopal.
El escultor Pedro Miret diseñó los 4 pescados, el trenecito, el carrito y decenas de otras formas de cemento esparcidas en las zonas infantiles de los tres barrios de la unidad. Con el paso del tiempo, algunos fueron destruidos y otros pintados para entretener a nuevas generaciones, pero sorprende que aún queda todo un zoológico de concreto que no ha sido reemplazado por juegos de plástico.
Lo cierto es que en la Unidad Independencia sobran los espacios de convivencia porque cuando se planeó había una clara predilección de lo público sobre lo privado. En cada rincón convive la gran familia mexicana y se forran libros, se venden dulces, se aprende a tejer, a hablar inglés, a terminar la secundaria.
En los últimos años, los vecinos denuncian el deterioro de la unidad y los problemas de inseguridad, morosidad en el pago de mantenimiento y se quejan de los reajustes arquitectónicos que rompen la armonía que tuvo en un inicio. En el 2002, el Estado desmanteló el fideicomiso que mantenía las rentas con cuotas simbólicas y estas subieron como en la lógica neoliberal.
La manera de pensar sobre lo público y lo privado, la vida urbana, la importancia de las artes plásticas en espacios compartidos es categóricamente otra. Pero el robusto arbolaje de los jardines y los animalitos de cemento siguen allí.