La nostalgia que nos inspiraran las torres de Satélite, ese extrañísimo monumento, no se compara con otras nostalgias urbanas, al menos no para muchísimos que desde niños las veíamos como unos extraterrestres altísimos y no sabíamos si alguien vivía allí dentro. En gran parte por esos recuerdos las guardamos con cariño. Son parte intrínseca de esta ciudad tan inmensa y son marcadores de la entrada (o salida) de la alguna vez utópica Ciudad Satélite.
Las torres son obra del escultor Mathias Goeritz y el arquitecto Luis Barragán, con la colaboración del pintor “Chucho” Reyes Ferreira. Esta galería es un recorrido por recuerdos tan extraños como las mismas torres y desde luego, un pequeño homenaje.
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