En la CDMX han existido varios bares y cafés que han sido tanto testigos como protagonistas de la historia de la ciudad. Memorable resulta el bar La Ópera
, por ejemplo, donde Pancho Villa dejó huella en forma de agujero de bala. También podemos mencionar al Café La Habana, donde Fidel Castro y el Che Guevara planearon la Revolución Cubana. Algo acontece al calor de las tazas y las copas que incita a la revolución. Y pocos bares tan revolucionarios en la historia de la Ciudad de México como el mítico bar El Nueve, que vuelve a la vida con esta exposición en el Museo del Chopo, en la Santa María la Ribera
.
El Nueve, como se le conoce popularmente, inició su historia a finales de los setenta. Primero fue un restaurante de comida francesa llamado Le Neuf, que cerró después de unos años. Su dueño original, Manolo Fernández, junto a su amigo, un inmigrante francés llamado Henri Donnadieu, decidieron abrirlo con un nuevo concepto. Ambos coincidieron en el entusiasmo y la necesidad de crear un espacio abierto a la comunidad gay y al resto de las disidencias sexuales. Fue así como nació El Nueve en la calle de Londres 156. El bar se convirtió en el epicentro de la actividad cuasi sísmica de la comunidad LGBTQIA+ en el entonces Distrito Federal.
México, Distrito Federal
Guarida por excelencia de freaks, geeks y outsiders, El Nueve expandió pronto sus alcances. Además de toda disidencia sexogenérica, el bar abrió sus puertas a distintas manifestaciones de la contracultura. Travestismo, rock gótico, música electrónica, arte performático, revistas subversivas… La vida de la noche era la vida de El Nueve. La sexualidad se vivía gozosamente y en libertad. Fue en El Nueve donde hicieron sus pininos proyectos como Café Tacvba y La Maldita Vecindad, ahora indelebles en la cultura popular de la ciudad.
La exposición “Las Noches del 9
“, en el Museo del Chopo, recorre esta historia a detalle. Compuesta por fotografías, volantes, material audiovisual y piezas multimedia, “Las Noches del 9“ viaja por la contracultura del Distrito Federal. El material proviene de los archivos de tres figuras esenciales en la historia de El Nueve.
La primera de ellas es Henri Donnadieu, promotor convencido de que la cultura debe tener algo de entretenimiento. Henri fundó El Nueve con esta filosofía desde un principio. Bien podríamos decir que el tiempo le sigue dando la razón. La segunda figura fue Armando Cristeto, icónico fotógrafo mexicano que cubrió la vida y el auge de El Nueve. En su material, las personas que acudían a aquellas míticas noches vuelven a vivir. El otro nombre importante es Ramón Sánchez Lira, mejor conocido como Mongo, artista y caricaturista conocido por su mirada caústica. Mongo fue fundador y colaborador de La Regla Rota y La Pusmoderna, revistas icónicas de la contracultura defeña.
Otra cara de la historia de El Nueve
El material compilado por los tres, sumado a la curaduría de Abril Castro, permite conocer la historia de este recinto fundamental de manera íntima. Pero también abre una puerta a una herencia menos desmadrosa y más comprometida de la historia de El Nueve. En aquellos años, cuando la pandemia del VIH inundaba de pánico a las buenas conciencias, El Nueve se convirtió en un punto de divulgación para la prevención del virus.
No solo eso. En sus presentaciones nacieron y crecieron performers como Alejandra Bogue, una de las primeras mujeres trans en ganar notoriedad en México. En El Nueve también surgió la Kitsch Company, donde Donnadieu se estrenaría como dramaturgo y Mongo como escenógrafo. Tengo que morir todas las noches, libro de Diego Enrique Osorno y ahora serie de televisión, cronica aquellas noches míticas. Por supuesto, también aparece en esta curaduría.
La contracultura en México encontró en este bar un santuario profano. El Nueve quizá ya no exista, pero sus ramificaciones recorren hasta hoy las calles de la ahora Ciudad de México. Esta exposición nos invita a conocerlas y recordarlas.
“Las Noches del 9” en Museo Universitario de El Chopo
Enrique González Martínez no. 10, col. Santa María la Ribera
Miércoles a Domingo | 11:30 am – 6 pm
Hasta el 18 de agosto