En la esquina de Viaducto y Avenida Insurgentes se encuentra uno de los edificios más enigmáticos de esta ciudad. Seguramente durante un viaje en Metrobús, detenido en el tráfico de los viernes o caminando un día despejado te has encontrado frente a este singular edificio a los que muchos han llamado “el elote”, el “edificio al revés”, “el cohete” y hasta “Frankenstein”, todos estos motes son debido a su peculiar fachada.
Este edificio de oficinas construido en los años setenta por el arquitecto Julio Fernández Puente cuenta con un vestíbulo muy particular de época, las plantas intermedias son de oficinas y las últimas superiores son un penthouse. En la parte inferior actualmente se encuentra un Oxxo, pero por muchos años hubo un local de fotocopias e impresiones y antes de eso, se dice que albergó una boutique que se llamaba “La casa al revés”.
Sobre su más grande atractivo, la fachada como armadura, que originalmente no era blanca, sino que de aluminio aparente, existe la leyenda de que Aeronaútica Civil obligó al arquitecto Fernandez Puente a pintarlo de blanco porque deslumbraba a los aviones. Así, antes de ser pintado de blanco, era conocido como “el cohete”.
Por varios años, en la parte superior se extendía una gran enredadera, hoy ya seca, lo que daba la impresión de ser “el pelo” de este edificio. Y aunque sabemos que el arquitecto Fernandez Puente estuvo detrás de este edificio, también se decía que había sido construido en diferentes momentos y por personas diferentes, debido a ello cada sección era diferente a la otra, como la unión de muchos estilos y materiales, de ahí su otro apodo: “Frankenstein”.
Se ha considerado este edificio como uno de los más feos de la ciudad, sin embargo, a nosotros nos parece especial, pues es un claro ejemplo de lo que es la CDMX: una mezcla de muchas cosas que en conjunto crean algo único, que te puede gustar o no, pero que no puedes ignorar.