En punto de las 5 pm del pasado domingo 24 de abril, la emblemática Palma de Reforma que, durante más o menos 100 años embelleció este punto de la ciudad; fue retirada definitivamente de su glorieta luego de sucumbir ante una plaga de hongo rosado. Horas antes, en un evento denominado ‘Palmas a la Palma’ -que incluyó exposición fotográfica, ciclotón especial, bazar y hasta talleres-, cientos de capitalinos se dieron cita para despedir a la planta tropical, en medio de aplausos y un dejo de nostalgia. Pero, ¿cuál es entonces la historia de la ahora desaparecida Palma de Reforma?
Lo cierto es que hay un par de teorías al respecto, y estudiosos en la materia no logran decidir cuál es la verdadera.
Historia(s) de la Palma de Reforma
Para tratar de descifrar el origen de la Palma, hay que hablar sobre la construcción del Paseo de la Reforma. Inició en 1864 por órdenes del emperador Maximiliano de Habsburgo, quien quería un camino que conectara al Palacio Imperial –hoy Palacio Nacional– con su casa en el Castillo de Chapultepec. Cabe destacar que esta rotonda formaba parte de los planos originales del vienés Louis Bolland.
Maximiliano lo bautizó como “Paseo de la Emperatriz” en honor a su esposa Carlota pero, una vez fusilado, Benito Juárez lo renombró “Paseo Degollado”. Fue hasta la muerte de Juárez que la avenida se convirtió oficialmente en el Paseo de la Reforma. Inmediatamente después, entre 1872 y 1876, el tramo fue embellecido con banquetas, camellones y cuatro glorietas adornadas con especies endémicas.
La teoría más aceptada es que la Palma se sembró a finales del siglo XIX y que su foto más antigua data de 1920. Sin embargo, según Carlos Martínez Assad, investigador emérito de la UNAM y autor de varios libros sobre el Paseo de la Reforma y sus monumentos; la Palma en realidad fue un regalo del emperador etíope Haile Selassie, y se plantó bajo la injerencia de Lázaro Cárdenas en los años treinta. En ese caso, la planta no tenía 100 años, sino entre 80 y 90.
De la misma manera, el periodo del porfiriato nos deja con ciertas dudas sobre la historia de la Palma de Reforma. Algunas versiones indican que en la glorieta originalmente se iba a levantar un monumento a Miguel Hidalgo para, junto al Ángel; celebrar el centenario de la Independencia. Mientras se alistaban los pormenores se sembró la Palma y ya nunca se quitó.
Otros historiadores (como el propio Martínez Assad), sostienen que en realidad tan importante espacio estaba destinado a enaltecer a Benito Juárez pero, por recelo y diferencias políticas, Porfirio Díaz se negó. Tiempo después, sólo por mera diplomacia, Díaz mandó a construir el Hemiciclo a Juárez en la Alameda.
Adiós a la Glorieta de la Palma
Sea cual sea el relato que elijamos creer, es verdad que nos despedimos de todo un ícono de la CDMX. Durante el tiempo que vivió, la Palma atestiguó silenciosa desde marchas y terremotos, sin mencionar la llegada de la posmodernidad que trajo consigo otros horizontes. Ahora, el espacio entre Reforma, Río Rhin y Niza está listo para arrancar con un nuevo capítulo, que conlleva la selección de un renovado ejemplar con su respectivo cambio de nombre. A través de una consulta digital que se realizará en el portal Plaza Pública, la ciudadanía podrá elegir qué nuevo árbol adornará la glorieta. Entre las opciones se cuentan jacarandas, grevilleas, ceibas, fresnos, ahuehuetes e, incluso, una nueva palma. La convocatoria estará abierta durante 7 días a partir del lunes 25 de abril, y también se someterá a debate con qué nombre se le designará al lugar.
En cuanto a la Palma respecta, ahora descansa en el Vivero Nezahualcóyotl en Xochimilco donde, después de un tratamiento especial, será cedida a jóvenes creadores para que la intervengan. Ya renacida como pieza de arte, buscará en donde exhibirse y perpetuar su estatus como emblema de la capital.