La Nueva Red de Bailadores existe hace más tiempo que el Covid, pero se potenció con él y ahora hacen sesiones de baile por Zoom. Es un “club” abierto para las personas más admirables de todas: las que bailan.
Platicamos con Elías, uno de los que fundaron la red y quien organiza las sesiones los sábados. Su postura ante el baile es más bien filosófica, y muy distinta a la del borracho que baila en las fiestas: ve en el baile una forma de libertad no necesariamente relacionada con el alcohol o con los antros. Él, como los demás bailadores de la Red, baila para ejercer el libre albedrío de su cuerpo y dejarse ir un ratito.
La Red de Bailadores inauguró a finales del 2019 con un grupo de personas que, como Elías, buscaban simplemente un espacio para bailar, y bailar… Así comenzaron a hacer sus propias fiestas libres de alcohol y con mucha música. Crearon una comunidad autogestiva que promueve la sana convivencia entre cada una de sus partes; por eso las sesiones de baile también son completamente gratis. Como dice Elías: “el dinero es una herramienta magnífica, pero queremos bailar y construir una comunidad. Y eso no cuesta”.
Bailar solo
Sócrates aprendió a bailar cuando ya era viejo, a los 70 años. Lo hizo porque para él un cuerpo era mucho más hermoso en movimiento total que en mero descanso. Incluso llegó a decir que “La música y el baile son dos artes que se complementan y forman la belleza y la fuerza que son la base de la felicidad”. Ese legado lo recibieron sus discípulos y luego toda una línea de filósofos, empezando por Nietzsche (“Yo sólo creería en un dios que supiera bailar”), que hicieron una extensa apología del baile.
Todos ellos bailaban solos.
Cuando inició la cuarentena, los integrantes de la Nueva Red de Bailadores empezaron a bailar juntos vía Zoom. Lo que ocurrió en esta “pantalla de vigilancia” fue interesante: se dieron cuenta que la cámara los ayudaba de cierta forma a conocer mejor su cuerpo. Así inauguraron “una nueva dimensión estética y perceptiva” (Elías dixit) gracias al formato propio de esa plataforma. En las sesiones se reúnen extraños y conocidos, ponen música y sencillamente bailan “solos”. Hay que decir que la mayoría –si no es que todos los miembros de la red– son asiduos bailadores solitarios que, sin necesidad de estupefacientes, encuentran en el baile esa terapia liberadora y dionisiaca que a TODOS nos vendría de maravilla. Entre los bailadores más asiduos está Susana Laborde (@laborderline) (musa del baile libre), y nos mandó este video y un párrafo que explica lo que es para ella bailar sola.
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¿Que es para mí bailar sola?
Bailar sola ha cambiado mucho a través de los años. De niña bailaba por copiona, por imitar a mis primas o por ser fan de Timbiriche y Parchis y ser loca adicta a videos en MTV. De adolescente bailaba porque estaba de moda, por convivir en fiestas de baile, por ser parte de algo más grande. Eran los ochentas y había que bailar. Después entendí que nunca iba a dejar de hacerlo, que no necesitaba a nadie para lograrlo y que era gasolina para vivir. Amor absoluto. Y por fin conocí A Elías y me abrió un nuevo portal con teoría y mecanismos grupales sobre el baile y ahí nació la “Nueva Red de Bailadores”. Ahí encontré cientos de extraños reunidos con la única finalidad de bailar. Somos un grupo de apoyo.
Ahora bailar es necesidad, terapia, medicina, lenguaje, desahogo, libertad, femineidad, futuro, placer, hipnosis, éxtasis…
No puedo parar.
Únete y vente a bailar.
Tú, ¿bailas sol@?
Conforme se ha corrido la voz, la red crece un poquito más. No sólo se sumaron nuevos bailarines, también llegaron dj’s invitados como Nickodemus de Nueva York, y se esparció la irresistible tentación de bailar solo. En la antropología de las costumbres que llegaron para quedarse, esperemos que esta sea parte.
Que vivan los bailadores de la ciudad.