A la mitad del Centro Histórico hay un gran edificio rosa. Es el Edificio España, en el número 69 de Venustiano Carranza. Lo discreto de su fachada desaparece al atravesar la puerta. –Adentro todo es cantera rosada –nada común en las construcciones de la ciudad–, detalles de los años veinte y escaleras largas de caracol. Desde hace unos meses ese edificio es el Hotel Umbral.

El España era un edificio de oficinas (en la entrada todavía están los número los despachos grabados en la piedra, aunque borraron los nombres) que construyeron en  1924 cuando el Centro Histórico era el corazón financiero de la ciudad.  Pero con el tiempo quedó casi completamente deshabitado y maltratado. La empresa mexicana Origen lo compró y se encargó de restaurarlo minuciosamente bajo la dirección del arquitecto Javier Sánchez; quien luego lo comisionó a Hilton y así surgió el Hotel Umbral.

Hotel Umbral

Hotel Umbral

Hotel Umbral

Umbral es un juego entre la oscuridad y la luz. Todo, desde la entrada que lleva de la calle luminosa al recibidor en penumbras es un juego de iluminación. Además de las 59 habitaciones extendidas hacia lo alto –hay 6 metros de la planta baja al techo– el hotel tiene una galería abierta al público con obra de los artistas comisionados para decorar el hotel; una mini biblioteca con vinilos, selección de La Roma Records, y una pequeña sala de juntas que se convierte en cine. Pronto tendrán ciclos de películas y activaciones para huéspedes y visitantes.

Hotel Umbral

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Hasta arriba del Hotel Umbral está una gran terraza. Y desde esa altura la vista es hermosa; el centro se extiende a lo lejos y uno puede subir –huésped o no– a probar algo del wellness bar, el restaurante o el bar de coctelería (el concepto fue creado por los mismos de Limantour). También es posible comprar un day-pass para utilizar la alberca.

Hotel Umbral

En el Hotel Umbral todo está pensado para darle vida contemporánea a un edificio histórico. Hay muchísimos detalles originales y restaurados, pero también elementos (como los jardines colgantes interiores o los marcos dorados alrededor del algunas puertas) que no pretenden ser antiguos sino una visión moderna que combina bien.

Hotel Umbral

Lo mejor de Umbral es que uno no tiene que hospedarse para conocerlo, comer en la terraza o visitar la galería. La combinación podría sonar extraña pero funciona muy bien: un hotel boutique lujoso con suficiente espacio y propuestas para los habitantes de la ciudad. Bienvenido, Hotel Umbral.

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