Por qué no: el sonido de la cuerda que tensa la vida y la muerte es el zumbido de un mosquito. Ese ruido mudo en el día e insoportable en la noche de una mosca, de un mosquito, una abeja, de los insectos más cotidianos cuya presencia es siempre inminente al igual que su importancia.
Se estima que hay 200 millones de insectos por cada ser humano; sí, somos la perfecta relación de simbiosis: por ellos tenemos miel, seda, polen, comida, aire, en fin, vida. O enfermedades y malestares, y en su extinción está nuestra condena.
Por eso dedicamos nuestra Fauna Local a los insectos más cotidianos, que incluso llegan a vivir dentro de nosotros. Y la extendemos también como una invitación a la “Pieza del mes de julio” que se exhibe en el vestíbulo del Museo de Historia Natural y que es parte de su enorme y hermosa colección de entomología. Una breve muestra de insectos que están relacionados con la salud humana porque causan padecimientos diversos como dengue, fiebre amarilla, zika, chikungunya, encefalitis, entre otras… Pero que también son artífices de nuestro desarrollo.
Parte de estas especies son una fuente importante de alimento para un sinfín de organismos como peces, ranas, aves, murciélagos, libélulas y hasta plantas carnívoras. Otras son polinizadoras o controladoras de plagas, pero existen otras más que pueden transmitir agentes patógenos cuando su población crece de manera exacerbada. De ser así, algunos consideran a estos invertebrados de un par de antenas, tres de patas y dos de alas, los animales más amenazantes para el hombre.
Cada mes, el Museo de Historia Natural expone en el vestíbulo una pieza de alguna de sus colecciones. En julio la muestra es parte de su colección de entomología, que está compuesta por más de 55 mil ejemplares con más de 100 años de antigüedad. Así vamos conociendo los aspectos biológicos, geográficos, históricos o culturales de las especies. Como las diferentes ramas de la ciencia, la labor más increíble de la entomología es acercarnos a los insectos de una forma distinta para al fin soltar nuestras armaduras de pesticidas.
.