Cuando una exposición se titula “Capítulo VII”, ya sugiere que estamos entrando en una narrativa en marcha, en una historia que se despliega con el tiempo. En este caso, el tiempo es la clave: la muestra explora el pasado, el presente y el futuro de la creación artística en Latinoamérica, reuniendo piezas que dialogan entre sí como si fueran voces en una conversación infinita.


Esta exposición se siente como un portal, no solo hacia las obras, sino hacia las preguntas que ellas plantean. Curada con precisión y con una selección de artistas que desafían los límites de la forma y el concepto, “Capítulo VII” nos invita a recorrer un territorio donde la memoria y la especulación se entrelazan. La premisa es clara: el arte no es estático, es un organismo vivo que muta con cada mirada, con cada contexto en el que se inscribe.

El espacio donde se presenta también contribuye a la experiencia. Lejos de las narrativas rígidas de los museos tradicionales, aquí las obras se encuentran en un escenario que permite la contemplación sin imposiciones. La disposición de las piezas y la atmósfera generan una sensación de descubrimiento constante, como si cada visitante pudiera armar su propia historia a partir de los fragmentos visuales y conceptuales que emergen de la curaduría.

“Capítulo VII” no es solo una exposición, sino una invitación a repensar el tiempo, a imaginar nuevas conexiones y a reconocer la potencia del arte como un testigo activo de nuestra realidad. Una parada obligatoria para quienes buscan algo más que una muestra de arte: una experiencia que resuena y deja preguntas abiertas.
Vísita la expo hasta el 1 de junio
Lago Algo