Como en la letra del himno nacional, la palabra retiemble evoca movimiento. Y eso fue lo que inspiró a Irán Dimas para crear una tienda dinámica. Aquí se expone arte local, se sirve café y se venden marcas de ropa mexicana. Pero Rretiemble no solo es eso. Irán quería un espacio que tejiera redes de apoyo con la comunidad de la Tabacalera. “Rretiemble se escribe con doble r para enfatizar la potencia de la oscilación, de la vibración. Eso nos hace pensar en que todos nos movemos gracias a otros”. Eso nos confesó Dimas cuando visitamos este espacio.
Rropa, t-shirrts y calcetines
Entre las cosas que llaman la atención de Rretiemble, está la guardiana del local. Su nombre es Tiza y nos saludó con un ladrido al entrar para después sentarse a nuestro lado. Al centro de la tienda hay una mesa con fanzines, revistas, una que otra t-shirt y calcetines. El resto de la ropa cuelga de dos paredes. El orden de las cosas no es aleatorio: las prendas están acomodadas por colores, sobre racks que se quitan fácilmente (como en Tiempos Shop) para liberar el espacio.
Cada prenda de Rretiemble responde a la curaduría de Irán, enfocada en marcas mexicanas que trabajan con materiales locales. Está, por ejemplo, Presencia, que hace prendas con encaje. También está Soft Debris, cuya especialidad es el tie dye. También tenemos los tarjeteros de piel de Gag e incluso El Borde, la marca de ropa del mismo Irán. En general, dentro de esa selección, los costos son algo elevados: desde los 500 hasta los 9500 pesos.
Además de marcas mexicanas con producción a pequeña escala, hay también una selección vintage que las amistades de Rretiemble han dejado en la tienda. Una suerte de ropa pre-loved que busca una segunda oportunidad. En esta sección hay prendas de entre 50 y 400 pesos. Nosotros encontramos un vestido negro Nike de algodón por 250 pesos y nos pareció increíble. Para elevar la experiencia de compra, hay una barra de café y tres o cuatro sillas.
Drrinks y café en Rretiemble
La barra de café, visible únicamente por fuera de la tienda, está pensada para que quien se acerque a la ventana pueda pedir su café para llevar. Es decir, no hay mesas dentro ni fuera de Rretiemble. Si acaso, hay una banca de madera que recibe todo el sol de mediodía. A diferencia de la ropa, las bebidas de Rretiemble son mucho más accesibles: un espresso cuesta 35 pesos, mientras que un strawberry spritz o un carajillo, 120 pesos. Para quitarnos el abrasador calor, probamos el matcha coco, de 80 pesos, y la experiencia fue casi religiosa. No nos hizo falta nada más.
El dinamismo de Rretiemble radica en su propuesta de arte contemporáneo y emergente. Una de las labores de Irán es atraer a talento joven y mexicano para exponer sus obras. Pero a diferencia de galerías o museos más tradicionales, las muestras en Rretiemble suelen estar abiertas de jueves a domingo. “Con esto buscamos mostrar que en la CDMX hay muchas cosas pasando y que la cuestión está en no estancarse, queremos que la gente se mueva”, comenta Dimas.
Rretiemble ha tenido una muy buena acogida, a pesar de apenas haber abierto en abril de este año. La respuesta de los vecinos de la calle Jesús Terán ha sido una grata sorpresa. Muchas de las exposiciones de Rretiemble giran alrededor de la diversidad sexual, lo queer o la fluidez de los géneros, con invitades en ese mismo espectro. Hay vecinos y vecinas de todas las edades que se acercan a curiosear y suelen irse con una buena impresión. Por ello, el espacio también es una oportunidad para aprender y encontrarse con aquellos distintos a nosotros.
Por ahora, Rretiemble seguirá buscando más artistas y más amigos que quieran ser parte de esta corriente que no parece detenerse pronto.