El tarot, lo habrás notado, está de vuelta. Se encuentra por doquier: en librerías y cafés, en las calles y en los hogares, en las fiestas. No es casualidad que su auge coincida con el del autocuidado y el mindfulness: son ramas del mismo árbol. Las cartas son un reflejo de todo lo que se le resbala a la consciencia, pero que queremos conocer para ganar poder sobre nuestro destino. Ya el mismísimo Carl G. Jung veía el tarot como un medio para que el ser humano “acceda al significado de su condición actual a través del inconsciente”.
Sin ahondar demasiado en la historia del tarot o en sus funciones, las cartas han tenido una relación vastísima y relativamente poco conocida con el mundo de las artes. Por eso no sorprende que una artista tan vinculada con el movimiento surrealista como Leonora Carrington se haya interesado en la lectura de las cartas.
A través del estudio del tarot, Leonora Carrington comprobó lo dicho por Jung: las cartas son una forma de explorar los rincones de la psique humana. Por supuesto, la artista no se detuvo ahí, y pintó sus propios arcanos mayores, o sea, las 22 cartas principales con los arquetipos universales. A través del Consejo Leonora Carrington, institución que preserva la obra de la pintora, este tarot único ha visto la luz en tres boxsets distintos.
El tarot Carrington, un tarot único
Si bien Carrington se basó en la iconografía de los dos tarots más populares, el de Marsella y el Rider-Waite, el estilo Carrington, inconfundible, exuda por doquier: en el uso de nuevos colores, como en el de La Sacerdotisa, o en el uso de animales cercanos a su propia mitología, como el perro y la hiena que plasmó en La Luna. Es un tarot personalísimo, pues.
El texto que acompaña el tarot estuvo a cargo de Micaela Mendoza Hägglund, poeta y estudiosa del tarot. En la publicación del Tarot de Leonora participaron también Pablo Weisz Carrington, hijo de la artista y del fotógrafo Emérico Chiki Weisz, y también artista; y Fermín Llamazares, presidente del Consejo Leonora Carrington, que busca preservar y difundir el legado de la artista anglomexicana.
“Yo creo que todo el arte sale de la imaginación”, declaró Carrington en entrevista con Cristina Pacheco, “pero lo que no sabemos es de dónde sale la imaginación”. El tarot —no solo este: cualquier tarot— es una herramienta para tratar de responder esa última pregunta.
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