En medio del mercado Coyoacán sobresalen 12 puestos amarillos y naranjas donde muchas (tantas) personas esperan impacientes un guisado servido sobre tortilla frita. Las “tostadas de Coyoacán” llevan más de 60 años sirviendo esta especialidad, y los que las han probado, sin excepción, vuelven. Parece que el anaranjado del que todo se pinta abre el apetito del comensal.
Cuando empezó esta tradición en el mercado de Coyoacán, doña Ernestina Hernández (fundadora y primer dueña), en su puesto La Chaparrita, vendía sólo nopales, habas, montoncitos de aguacate, pápalo y cebollas. Ahora, aunque Ernestina ya falleció, lo suyo es un imperio anaranjado de guisados de pollo en mole negro, bistec, picadillo, atún, salpicón, cochinita, pulpo, jaiba, surimi, camarón, champiñones o ensalada de nopales. Pero parece que la tostada de pata y la de tinga son históricamente las más vendidas, junto con las especiales de Navidad, de bacalao o romeritos.
“El Tosti” es ahora quien atiende el puesto, y todos los días va a La Merced o a la Viga por los productos que luego su esposa guisa. Para acompañar las tostadas tienen 3 variedades de salsas, todas muy picantes, y en La Chaparrita (local 183) también venden aguas de naranja, guayaba, maracuyá, tuna, piña, alfalfa, melón, chía, tamarindo y coco.
Aunque despachan rápido a los clientes, al día pueden llegar a preparar hasta 3,000 tostadas (sobre todo los domingos), así que recomendamos ir temprano. También es buena idea pedirlas para llevar.
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