Sentimos una irresistible atracción hacia lo miniatura. Lo diminuto tiene mucho que ver con el fetiche, pero también con la idea de poder tomar entre las manos conceptos que de otra manera nos rebasan. Toda miniatura es una réplica de su modelo gigante. Y eso es lo irresistible. Descubrimos un lugar en la colonia Obrera que se llama Modelos San Antonio, y es un verdadero culto al detalle y la calidad.
Modelos San Antonio tiene, desde hace más de 40 años, todo para armar una realidad en miniatura. Los hay de toda clase: aviones (comerciales y militares), naves espaciales (reales y de ficción), barcos de todas las épocas, autos deportivos y clásicos, edificios emblemáticos y, por supuesto, trenes, que son una categoría en sí mismos. En este lugar fascinate de mundos chiquitos tienen también todos los materiales necesarios para armar, pintar y diseñar en distintas escalas.
El armado de modelos a escala siempre han sido uno de los clásicos hobbies de nicho, y se ha mantenido firme como pocos (hace un tiempo hicimos una lista de algunos lugares que lo mantienen vivo). En esta tienda los materiales pueden ser un poco caros por la especialización en la producción de sus componentes, pero todo cobra sentido al ver la calidad de cada parte. Hay, sin embargo, alterativas económicas, para quien quiera adentrarse a la práctica sin gastar mucho.
El grado de dedicación y atención que toma ensamblar o modelar a escala es inmenso, un proceso minucioso y delicado, pero sumamente satisfactorio. Recomendamos mucho visitar Modelos San Antonio para antojarse de crear ciudades como rompecabezas o cualquier cosa utópica que uno imagine.
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