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Afuera del pasillo 17 del Mercado de Mixcalco se escucha una voz chillante que repite “camiseta para niño y niña, playera manga larga para adulto y joven, pantaleta para niña, juvenil y adulto… correas para perro, pecheras y bozales”. Este mercado está atrás de Palacio Nacional, en el perímetro B del Centro Histórico, y ocupa toda una cuadra entre las calles Mixcalco y República de Guatemala. Aquí uno encuentra todo lo relacionado con el vestido y el calzado.
A diferencia de los mercados que se suelen reseñar por ser exóticos, este es el mercado de lo ordinario. En los 919 puestos distribuidos en 19 pasillos uno encuentra desde calzado de vacuno hasta coronas de fantasía. De hecho parece un mercado de provincia, el área que lo rodea tiene poca vegetación y sus edificios son bajos: podría ser un mercado municipal que en alguna plaza del bajío. Aquí tampoco suena el bullicio de los visitantes como sucede en la Merced o en San Juan, pero tuvo una época de oro en la década de los 60.
Entonces había decenas de fábricas de ropa cerca del centro, como en San Antonio Abad, y proveían a las tiendas de Mixcalco. Poco más tarde, en los 80, llegaron los chinos con sus las exportaciones masivas e impactaron a los comercios locales, todos el comercio informal mexicano compró todo tipo de productos chinos por mayoreo que fueron reemplazando la producción nacional.
Mixcalco significa en náhuatl “casa de las nubes” y algunos de sus espacios tienen este aire celestial. En los pasillos 7, 8 y 9 hay negocios con arreglos de boda, bautizo, primeras comuniones, y cientos de vestidos de princesa para niñas, bañados de diamantina, con lentejuelas incrustadas, muchísimo tul y moños de colores. Los pasillos están iluminados por luz muy blanca -que encandila y da una apariencia de cielo- y en los techos y paredes hay espejos que engrandecen esa otra dimensión.
Uniformes escolares los hay por todos los pasillos: de escolta, de cadete –con boina y espada “que hasta se llevan para cumpleaños”–, sacos con corte presidencial, calcetas, chalecos, suéteres… De hecho, a este mercado se le conoce cada vez más como el “mercado de los uniformes”.
La ropa casual y deportiva para hombre y mujer abunda. En el pasillo 17, un puesto vende buenas camisas de mezclilla para hombre, todas por $220 pesos. En el pasillo 7 hay vestidos para ocasiones especiales, largos y cortos, desde los $300 hasta los $2000 pesos y en el 12, trajes de gala para hombre, que arreglan a la medida. Otra ventaja de este mercado es que aunque la venta no sea por mayoreo, muchos locales dan precio a partir de las 3 o 4 prendas.
Entre toda la oferta de zapatos, los del puesto 738 brillan por su calidad y el buen trato de su dueño, Don Juan Martínez, quien pasa la flama del encendedor por el calzado de piel traído de León, Guanajuato, “para que los clientes vean que no es sintético, que aquí pura calidad”. Es cierto que un zapato de plástico se achicharraría de inmediato.
El mercado de Mixcalco es práctico. Nada de lo que allí se vende es demasiado especial ni raro, pero andar por sus pasillos es sencillo, su oferta variada y ordinaria, y sus precios, bajos. Uno puede estar seguro que si va en busca de algunas de estas cosas, seguro las encontrará.
* Un mercado donde puedes chacharear es el de la Portales, éstos fueron nuestros hallazgos.
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Horario: lunes a domingo de 10 a 19 horas
Zona 4: Loreto y sus alrededores
Dirección: Circunvalación, Centro, Ciudad de México. Esquina con Mixcalco
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