Hasta hace unos meses el trabajo a distancia era visto con recelo por muchísimas compañías. Luego empezó una pandemia y con ella las interminables juntas de Zoom, las oficinas de casa improvisadas y la compra masiva de mejores sillas de escritorio. Muchas empresas descubrieron que, contrario a sus mejores argumentos, trabajar en casa no era un desastre total. Y aunque décadas de experimentos fallidos de trabajo remoto ponen en duda si después de la pandemia debemos regresar a las oficinas, al menos por ahora muchos seguiremos caminando unos cuantos pasos de la cocina al trabajo.
Con todas las ventajas obvias, que la casa sea de pronto oficina también puede ser terrible. Salvo un porcentaje muy pequeño que ya trabajaba así, nadie estaba preparado para combinar platos sucios, juntas en video llamada, sillas incómodas y escritorios improvisados. Después de algunos meses, todos repensamos a fuerza de necesidad los espacios de nuestra casa, y es que un solo lugar no puede ser oficina, habitación y comedor al mismo tiempo sin matarnos en el intento.
Tener un espacio específico para trabajar en casa vuelve todo un poco más sencillo. Al menos crea la sensación de cambiar de ambiente, dejar atrás la casa (aunque sea metafóricamente) y entrar a la oficina. No todos podemos destinar una habitación completa, pero a veces mover un par de muebles y cambiar el color de algunas paredes puede ser la diferencia. Nosotros hicimos el experimento de acomodar y pintar un espacio para trabajar y acá dejamos nuestros consejos.
Un espacio para trabajar
Si creíamos que bastaba elegir una superficie para la computadora y la silla más cercana para trabajar en casa, estábamos equivocados. Para trabajar así tal vez lo más importante sea destinar un lugar específico que solo sirva a ese fin y que esté lo más lejos posible de la cama. Aunque parezca ridículo en un departamento de pocos metros cuadrados, tratar ese espacio como un lugar separado del resto de la casa ayuda a replicar la sensación de “salir” de la oficina. Por obvio que parezca, esto implica no comer, tomar descansos o ver películas en el mismo lugar de las juntas de Zoom.
Recuperar la rutina de la oficina también es importante. Aunque el trabajo desde casa implica más libertad para organizar el tiempo, despertar más tarde, trabajar en pijama o visitar la cocina cada dos horas por el simple hecho de poder hacerlo termina volviéndonos locos. Tal vez la decisión más drástica (y divertida) para “crear” un espacio para trabajar en casa sea pintar aunque sea una pared. Nosotros hicimos ese experimento con Combina 3C®️ que consiste en elegir tres diferentes colores en proporciones distintas: 60% del predominante, 30% de un intermedio y 10% de un color acento. Para seleccionar los colores pensamos en tonos que estimularan la mente (como los amarillos) o que ayudaran a la concentración (azules o lilas, por ejemplo).
Si estás pensando en pintar un habitación o muro para que trabajar en casa sea más sencillo, Comex tiene hasta el 31 de agosto la promoción Color Gratis. Si compras dos colores de Vinimex® TOTAL Antibacterial, Vinimex® y Pro 1000 Plus® te regalan el tercero. También tienen 3 y 6 meses sin intereses con tarjetas participantes, compra en linea a través de www.comex.com y entrega a domicilio.
No sabemos cuando volveremos a las oficinas, con todas las desventajas y la felicidad enorme de salir y llegar a casa. Pero mientras tanto, con varios meses por delante de trabajo remoto, tal vez el primer paso para hacerlo un poco mejor sea alejar los escritorios de las camas y construir un pequeño espacio para ser más eficientes.
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