Las historias de amor y romance nos acompañan desde hace siglos: el romance, el desamor, los encuentros y la tragedia están presentes en libros películas, series y todo producto cultural pero pocos textos han marcado tan profundamente el imaginario colectivo como Romeo y Julieta, una de las más famosas obras de Shakespeare. Todos conocemos, de alguna forma u otra, la historia de amor entre Romeo y Julieta, así como la enemistad entre sus familias. Esta es una historia que se ha interpretado, analizado y hasta parodiado miles de veces, pero una versión que está en nuestra memoria y corazones es, sin duda, la película de 1996 protagonizada por Leonardo DiCaprio y Claire Danes.
El director australiano Baz Luhrmann retomó la obra clásica de Shakespeare en donde dos adolescentes se enamora, se casan y mueren, todo en cuestión de horas. Toda esa pasión, desenfreno y velocidad adolescente no podían ser retratados de otra forma que no fuera a través de colores saturados, y una vertiginosa cámara que no se queda estática un solo momento. Así, la historia de Luhrmann no se apega al texto original, sino que ésta se desarrolla en la época moderna, los años noventas; en lugar de peleas con espadas y dagas, cada personaje porta pistolas y revólver; y el escenario de esta tragedia de amor es “Verona Beach”. A pesar de que está playa era un lugar ficticio en Miami, en realidad, la mayor parte de la película fue filmada en México: en Boca del Río, Veracruz; Texcoco en el Estado de México; en los Estudios Churubusco y en distintas locaciones del entonces Distrito Federal.
Durante toda la película podemos ver microbuses, los clásicos vochos verdes y paisajes conocidos, como lo que vemos al inicio: una toma aérea de “Verona Beach” es en realidad Reforma y Zona Rosa; el Hotel Sheraton de Paseo de la Reforma, en el universo de Luhrmann, representa la guarida de los Capuleto, el edificio contario los headquarters de los Montesco; mientras que el Ángel de la Independencia, a través de efectos digitales, se transforma en la figura de un Cristo gigante donde Romeo da muerte a Teobaldo Capuleto y que durante toda la película sirve como una marca visual para dividir la ciudad en los dos bandos.
Otra locación importante durante el rodaje de la película fue el castillo de Chapultepec, pues se convirtió en la casa de los Capuleto, la familia de Julieta. Es posible reconocerlo en las escenas donde Romeo visita a Julieta en la noche, y por supuesto, era el lugar ideal para un baile de máscaras y la icónica escena de los peces en la cual los dos protagonistas se enamoran. Pero, vale la pena recordar que algunas de las escenas más emocionantes y emotivas, como la boda entre Romeo y Julieta y su muerte, se llevan a cabo en una de las iglesias más importantes de la ciudad, la Parroquia del Purísimo Corazón de María, ubicada en Gabriel Mancera en la colonia Del Valle.
Esta construcción es una de las más imponentes de la colonia y además tiene una historia particular, pues comenzó como una pequeña capilla en medio de la colonia a donde los vecinos acudían con sus propias sillas, ya que no cabían por lo reducido del espacio para convertirse en un ícono de la arquitectura religiosa en la ciudad. Fue proyectada y construida por el arquitecto Luis Olvera y concluida por el arquitecto Antonio Muñoz García y el ingeniero naval Miguel Rebolledo, entre 1947 y 1954.
La parroquia se caracteriza por la marcada influencia art decó, una estructura de concreto pionera en la ciudad, una cúpula poliedro de 20 metros de altura y la figura de la virgen de cerca de 10 metros, la cual es conocida entre los habitantes de la ciudad como “la virgen del transito” o “Nuestra Señora del Transito”. Y no sólo resulta importante su exterior, al interior de la Parroquia es posible admirar los grandes vitrales y candelabros, un sagrario de bronce dorado con base giratoria, una imagen de la Virgen María que mide 4 metros de altura, obra de Antonio Ballester; así como los murales creados por Pedro Cruz y dos altorrelieves.
‘Romeo + Juliet’ (1996) forma parte de las muchas adaptaciones de las obras de Shakespeare que se hicieron en los años noventa, pero sin lugar a dudas, logró convertirse en un clásico. Así que, si la vuelves a ver o la vez por primera vez, dinos ¿qué otros lugares reconoces?