Casi todos somos observadores de aves, pero hay quienes lo llevan a niveles grandes. Están los que pueden cruzar el mundo para ver una especie nueva, y están los que lo hacen como mero pasatiempo, casi siempre por azar. Como quien hace un picnic en medio de Chapultepec y se encuentra un halcón devorando un zanate. O quien ve por su ventana un colibrí. Pero desde luego, entre estos dos tipos de pajareros hay matices. Tótotl organiza pajareadas en distintas zonas de la ciudad, y son para todos, gratuitas. En esta ocasión, el recorrido comienza en el Jardín Escultórico de la UNAM y sigue por las partes más escondidas de la Reserva Ecológica del Pedregal (REPSA), el jardín más hermoso y grande de la ciudad.
La REPSA es un matoral xerófilo. Casi un desierto, pero no del todo. De noviembre a mayo es seco y de junio a octubre, como sabemos, llueve. Ahora hay lluvia y está lleno de vida; su paisaje de roca volcánica, entre color negro y color vino se llena de hierbas y flores silvestres y diminutas, y las especies de allí se dejan ver más. Por ejemplo los pájaros. Pero un paisaje no sólo contempla la vista, sino el olfato, el oído. Hay paisaje lírico, dice Tótotl, y nosotros recomendamos mucho ir a sentirlo.
La cita es el sábado 2 de febrero, a las 8 am en la entrada del Espacio Escultórico. El recorrido dura más o menos dos horas, así que recuerda llevar ropa y calzado adecuado para el clima y terreno inestable. Si no tienes binoculares, ellos te las prestan.
Para que te animes, te enseñamos algunos pájaros que hay en la REPSA UNAM:
Ampelis chinito (Bombycilla cedrorum). REPSA, UNAM ©Ubaldo Márquez
Picaflor canelo (Diglossa baritula). REPSA, UNAM ©Ubaldo Márquez
Pato mexicano (Anas platyrhynchos diazi). Cantera Oriente Repsa CU © Ubaldo Márquez
Búho cornudo (Bubo virginianus). Cantera Oriente Repsa CU ©Ubaldo Márquez
Chipe de coronilla (Oreothlypis ruficapilla)
Repsa CU ©Rocío Brito
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