Los Milanesos: un puesto de sueños empanizados sobre un camellón
Andrés Betancourt es el genio detrás de la gran idea de Los Milanesos, un puesto sobre un camellón que sirve tacos empanizados y otros guisados. Los Milanesos estuvo 18 años de arriba para abajo en la misma zona, pero desde hace 10 se establecieron en el mismo lugar: Calle Glaciar enfrente del Centro Libanés de la colonia Olivar de los Padres. Además de refrescos y boings solo venden 6 tipos de tacos: chicharrón con nopales en salsa roja, suadero en salsa verde, costilla de puerco en adobo y los empanizados que son de pollo, jamón con queso o milanesa de res.
El Señor Betancourt se encarga de cobrar diario y no nos quiso decir cuántos tacos se venden al día, pero lo que se ve no se pregunta pues la cola no para, los guisados se terminan a las 11 de la mañana y en las tres cazuelas con aceite no dejan de entrar y salir los famosos “Milanesos”. La concurrencia empezó a crecer tan solo un año después de su creación, la voz se empezó a correr y se puede decir que no hay persona por la zona que no los conozca, ya sea porque se ha parado a probarlos o por la curiosidad que le da ese toldo verde siempre abarrotado.
Hay algo en las milanesas que al mexicano hace sentir muy bien. Tal vez tenga que ver con que es un plato reconfortante y típico de la infancia, de la casa, de la cotidianidad familiar.
Los comensales abarcan el espectro posible: albañiles, repartidores, policías, técnicos, ingenieros, licenciados, estudiantes de la Anáhuac de Sur (universidad que se encuentra cerca), actores de Televisa y familias enteras. Todos hacen cola para comer parados o en un pedazo de camellón con pasto que está enfrente.
Para tener Los Milanesos corriendo al 100 y que la cola avance ágilmente hay varias personas en la cadena de producción; una sirve los guisados, otra fríe lo empanizado, otra corta, otra arma los tacos, otra ofrece los refrescos y el Sr. Betancourt cobra. En total son 12 personas trabajando en Los Milanesos, de las cuales ocho son familia.
Si algún día están por allí, no duden en pasar a probar esta delicia crujiente por fuera y suave por dentro, un sueño empanizado hecho de grasa.
*Cuidado con la salsa verde porque pica más de lo que parece.
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