Ya está en cines la nueva de Carlos Reygadas y todos estamos aludidos
De las características principales del cine de Carlos Reygadas, director mexicano que ha sido llamado “genio” y “pretencioso” dentro de una misma oración, son los paralelismos que establece entre la historia de los personajes y su propia vida. Con este recurso explora minuciosamente el comportamiento de la sociedad mexicana, la de estratos sociales en los que poco se interesa la industria comercial de nuestro país. Y Nuestro Tiempo, su quinta y más reciente película, que ya podemos ver en cines, no es la excepción.
En Post Tenebras Lux —cinta por la que recibió el premio a Mejor Dirección en el Festival de Cine de Cannes—, Reygadas presenta a una familia que, acostumbrada a la urbanidad, llega a asentarse en Tepoztlán (donde el autor capitalino vive y tiene sus estudios), y a partir de esto desarrolla una reflexión personal sobre la diferencia de clases en las zonas rurales. En Luz silenciosa muestra la importancia de la religión y el peso del conservadurismo en una comunidad menonita de Chihuahua, donde un hombre se debate entre la culpa y el deseo, debido a una relación extramarital que mantiene con otra mujer de la agrupación.
“Para mí, el arte es básicamente aquello en lo que un ser humano puede expresar, aunque sea colateralmente, algo que tiene que ver con el misterio de la existencia”, señaló el cineasta durante una master class, en 2015. Ahora, en Nuestro tiempo, Reygadas enfoca su atención en uno de los temas que más le interesan: las dinámicas de poder en una pareja abierta.
En la película, que estrenó en el Festival Internacional de Cine de Venecia, Reygadas interpreta a Juan, un reconocido poeta que ha abandonado momentáneamente su carrera creativa para dedicarse a la crianza de toros de lidia en un rancho de Tlaxcala. Sin embargo, su tranquilidad y estabilidad se interrumpen cuando su esposa Esther (Natalia López, su actual esposa), con quien mantiene una relación abierta, parece haberse enamorado de otro hombre. Incapaz de cumplir las expectativas que tiene de sí mismo como autor, padre y esposo, Juan se rinde ante los celos, y entonces la brutalidad y la desesperación comienzan a hacerse presentes en su matrimonio.
“Tuve ganas de hacer esta película porque habla de cosas que son muy relevantes en el mundo de hoy”, confiesa Reygadas en conferencia previa a su partida a Venecia. “Esta mezcla de una especie de mundo que está en desuso (el de la crianza de toros) con este mundo tan claro y contemporáneo genera una tensión que a mí me parecía importante investigar o explorar”.
Durante las tres horas que dura la película, el director construye un puente metafórico entre la crianza de toros y las relaciones personales, justificando así uno de los conflictos del personaje principal: “En el mundo animal, la sexualidad parte del principio de que la masculina es difusa y la femenina es concreta. También esto se da en el mundo humano; a pesar de que sabemos que somos seres racionales, se nos olvida que todos somos animales”, detalla.
Para la producción del largometraje, que abarcó más de cuatro años, con locaciones en Morelos y la Ciudad de México, Reygadas creó secuencias espectaculares: apoyado por el cinefotógrafo Diego García, logró una tensión (única) en la pantalla con gestos como el ruido de un motor de auto o la armonía de un concierto de timbales. Con escenas donde la violencia visceral rompe con la tranquilidad del campo, Reygadas ofrece en Nuestro tiempo (previamente titulada Donde nace la vida) una colección de sus obsesiones.
“Carlos Reygadas presenta a México a través de una mirada provocadora y original”, dijo el crítico de cine Ernesto Diezmartínez, en entrevista con Gatopardo: “Es un auténtico autor fílmico en el sentido más clásico del término”. Quizás la palabra autor, aún en su corta filmografía, sí sea la mejor para describir el trabajo de este cineasta del cine nacional contemporáneo.
. Artículo publicado originalmente en nuestra revista hermana Gatopardo. . Más en local.mx Esta ciudad tan escénica, tan musa de los mejores cineastas de la historia…