En alguna de las calles de toda ciudad grande existe un Barrio Chino, y cada uno tiene su historia, sus condiciones y vidas. Aquí, el Barrio Chino (el más pequeño del mundo) se conformó a partir de una migración de chinos que huyeron de Sonora y Sinaloa durante la segunda década del siglo XX. Finalmente se formó una comunidad fuerte de chinos, coreanos –que también hicieron barrio en la Juárez–, indonesios y filipinos, pero sobre todo chinos que no tardaron en convertir este rincón en su pedazo de China y en un sitio emblemático de la ciudad.
El año nuevo chino corre según el calendario lunisolar, y según el zodiaco chino, este 2018 es el Año del 狗 Perro. Para los chinos –y otros asiáticos que comparten estas tradiciones– con el año nuevo llega también un nahual nuevo. Durante este ciclo, el perro será destino y también guía. Para celebrarlo hacen todo tipo de tradiciones chinas; habrá danza y disfraces, máscaras, colores, arreglos que cuelgan y fuegos artificiales.
Todos los años, y este sin excepción, los vecinos y comerciantes del barrio nos invitan a todos los capitalinos a llenarnos del ánimo, la fortuna y suerte que agita el aire esos días. De la calle Dolores cuelgan adornos chinos y durante los 4 días de celebración, los comercios están especialmente festivos: los restaurantes ofrecen platillos del año nuevo chino y las tiendas se llenan de artículos orientales especiales. En esta ocasión, un sinfín de objetos del perro chino.
A las calles salen estudiantes y maestros de Kung Fu y otras artes marciales a bailar la danza del león y el dragón chino. En esta ocasión, en que el barrio está en remodelación –y no parece tener fin– han salido a hacer la danza desde antes a las calles; el dragón es el guardián del cielo, los leones de la tierra y esta danza aleja la mala energía y prepara el camino hacia el nuevo año.
Con toda la suerte, las remodelaciones del Barrio Chino estarán listas para ese día y entonces un arco chino (piafang) nos recibirá en Av. Juárez y Dolores y hasta el otro arco chino, en el Parque Degollado, con festejos del otro lado del mundo.
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