El dónde estábamos, con quién y hasta qué ropa traíamos puesta el 19 de septiembre de 2017 son ahora pedazos alumbrados de la memoria. La ciudad también tiene partes alumbradas en su memoria de ese día ––Una de ellas es una cafetería muy pequeña llamada Cruco, a lado del Multifamiliar Tlalpan.
Cruco es bastante chiquita y su especialidad es el café y el pan. Abrió 5 días antes del temblor y tuvo que parar sus actividades, pero, a diferencia de lo que tenía alrededor, no sufrió daños físicos. Su historia resalta porque se convirtió inmediatamente en un oasis para los damnificados del Multifamiliar Tlalpan (que se desplomó casi por completo y dejó a más de 500 familias sin hogar, viviendo en las áreas comunes y canchas bajo los edificios).
En los meses siguientes al temblor, Cruco fue la única cafetería de la colonia. En su pequeño espacio los damnificados y vecinos encontraron calma, café, pláticas entre vecinos. Allí desayunaban, comían y tomaban café. Su dueño, Héctor, nos contó que en algún momento uno de sus comensales dijo que consideraba a Cruco su espacio seguro. Un lugar dónde podía leer y aprovechar el silencio que era inexistente fuera de allí. Cruco fue una base y un refugio.
A un año de el acontecimiento, Hector señala que el papel que jugó Cruco sirvió para promover más unidad entre los clientes de la colonia, e incluso para darle trabajo a algunos damnificados.Hoy la panadería también funciona como espacio para talleres y, tenemos que decirlo, se come delicioso y el café es muy bueno.
Sólo tiene 4 pasteles (cheescake de zarzamora, capuchino con almendra, tres leches y panqué de plátano con queso Philadelphia) pero su panadería compensa; hay donas de azúcar y canela, de maple, rellenas de zarzamora o crema pastelera, croissants atascados de mantequilla y rellenos de almendra o nutella, galletas e incluso deliciosas baguettes rellenas. De beber, la especialidad es el latte: una mezcla de café robusto con leche que lo hace particularmente cremoso.
Cruco es uno de esos lugares que iluminan la “nueva Ciudad de México” que comenzó el 20 de septiembre de 2017. Su propósito se trazó sólo y ellos lo acataron con cariño y, sobre todo, sin vanidad o pretensiones; sin presumirse como algo especial si no como algo necesario.