Las terrazas tienen todo (o casi todo) lo que necesitamos para los días de calor: airecito, amplitud, vistas hermosas, una oportunidad para hacer buena sobremesa y tragos refrescantes. Hicimos una selección de las que más nos gustan hasta ahora.
Campobaja
El chef Ezequiel Hernández tendió un puente exquisito entre Ensenada y la Ciudad de México. Y no es que no se haya intentado antes pero creemos que nadie lo había hecho tan bien. Después de todo, trasladar un sabor y una atmósfera tan particulares –a más de 2,000 km de distancia– no es cualquier cosa. Especializado en mariscos –y uno que otro antojo terrestre–, Campobaja ofrece la frescura y el hedonismo propios de Ensenada y una de las mejores terrazas en la Roma para departir en sobremesa.
Parrilla Paraíso
Parrilla Paraíso está en un jardín amplio en Santa Úrsula con mesas dispuestas a los lados por si alguien quiere tomar el sol mientras come o bebe una cerveza con amigos. Pero no sólo hay carne asada al carbón. También hay verduras de todo tipo (recomendamos el camote asado a la parrilla), pizzas, ensaladas y pesca del día. Los panaderos producen todo el pan que se consume en el restaurante, y la mayonesa, la catsup y el chimichurri también son caseros.
Terraza Chá Chá Chá
Esta terraza está escondida en el sexto piso de un edificio art decó de la Tabacalera, que ya de por sí es un respiro con sus callecitas que amalgaman lo grandioso y lo sencillo. Basta con pedir un coctel, una copa de vino o una cerveza a eso de las 7:30, cuando el sol baja por atrás del Monumento a la Revolución, para deleitarse con los interminables tonos violetas y naranjas que ofrece el cielo de nuestra ciudad al atardecer.
Arango
En Arango acabamos de encontrar la mejor vista posible del Monumento a la Revolución. Justo un piso más arriba que la Terraza Cha Cha Chá, este lugar aprecia también la altura, el correr del aire y los espacios amplios, aunque con algo más sofisticado y más encantador. Las porciones son justas y la intención del chef es que uno pida al centro varios platos, para probar y compartir. No hay obligación alguna de pedir de comer pues las barras de bebidas tienen la misma vista; en su menú de cocteles recomendamos el “jamaiquita”: mezcal, licor de chiles y limón.
Barrio Alameda
Los domingos de Barrio Alameda son ya un clásico de la ciudad. Aunque suceden en una azotea, el lugar tiene mucho de lo que nos encanta de las terrazas: aire fresco y una vista espléndida. Aquí no hay techo, apenas unas sombrillas que ponen cuando el sol está muy fuerte. No hay adornos ni filas de meseros ni baños de champaña. Lo que sí hay es un menú que cuesta 150 pesos e incluye fruta, café de olla y dos platillos a elegir, entre huevos benedictinos, chilaquiles, pan francés, hot cakes, avocado toast, y todas las mimosas que uno desee, por $250 pesos, de 11 a 2:30 de la tarde.
Terraza Victoria
A sur de la ciudad, en un segundo piso, cerca de la Plaza Victoria, está la terraza del mismo nombre. Es un lugar sencillo, decorado con madera y asientos tipo columpio, cuyos espacios abiertos hacen que la vista y el aire fresco de la ciudad se mezclen para crear una atmósfera especial, que es en partes iguales hogar de la calma y de la fiesta. Sirven unas hamburguesas con cantidades obscenas de queso y papas ideales para acompañar con cerveza, mezcal o un mojito.