tianguis santa cruz
15 de agosto 2019
Por: Diego Cera

7 hallazgos en Santa Cruz Meyehualco, otro tianguis enorme en Iztapalapa

Fuimos al tianguis de Santa Cruz Meyehualco, uno de los muchos paraísos chachareros en Iztapalapa. Esto fue lo que encontramos.

El tianguis de Santa Cruz Meyehualco* que se pone todos los martes, viernes y domingos en Iztapalapa, no sólo es famoso por ser una de los más grandes de la zona (sólo superado por el del Salado), sino porque ahí uno puede ir lo mismo a chacharear que a hacer su súper. Además de los puestos de chácharas y paca, hay otros donde venden paquetes de pasta dental, desodorantes, yogurt o galletas. Pero lo que hizo al tianguis un destino atractivo –al menos para nosotros– son los puestos en los que uno puede encontrar desde monedas antiguas, hasta reliquias francesas que nadie (ni siquiera los vendedores) sabe cómo llegaron ahí.

Hasta hace unos meses, el tianguis rodeaba el mercado de Santa Cruz y lucía inmenso. Ahora, con su nueva ubicación en el Eje 6, parece interminable. Para llegar, uno entra por la Avenida Genaro Estrada y sigue hasta un terreno elevado en la Avenida Luis Méndez. Desde abajo el tianguis luce como una fortaleza de lonas y mantas de colores de la que emanan los gritos de los vendedores que llegan desde las 4 de la madrugada. Si uno no es tan madrugador, las 11 todavía es una buena hora para perderse entre la multitud y salir con un buen botín. Acá dejamos el nuestro: 

Medalla rusa de la Orden de San Andrés

La medalla de la Orden de San Andrés fue la máxima distinción del imperio ruso. Estaban hechas de plata y sólo se entregaron a 100 personas entre 1698 y 1917. Ésta seguramente es una copia, pues todavía conserva una etiqueta escrita en ruso que no luce tan antigua. La encontramos en un puesto sobre Genaro Estrada y costaba $400 pesos.

Easter Furby

En el 2000 los muñecos Furby tuvieron varias ediciones especiales. En este puesto había dos de ellas: la que celebraba el inicio del nuevo milenio –y que además sólo estaba a la venta en la tienda de regalos del World Trade Center– y un especial de pascua. El segundo nos llamó más la atención, no sólo por su sombrero, sino porque aún tiene la etiqueta con su número de serie. Sólo hicieron 250,000 piezas y nosotros compramos el 175,525. Costaba $150 pesos, que logramos regatear a $100.

Encendedor en forma de cañón

No nos imaginamos quién haya tenido este encendedor en su casa –o en su bolsa– pero llama la atención. Cuesta $100 y aunque lo encontramos medio roto, creemos que sólo es cuestión de un tornillo para que vuelva a ser funcional.

Planchas antiguas de metal

Antes de que la mayoría de las casas en México tuvieran luz eléctrica, todas las casas tenían al menos una de estas planchas de metal. Su peso es ideal para que, después de pasar un par de minutos en el fuego, la ropa quedara perfectamente lisa. En en Tianguis de Santa Cruz Meyehualco encontramos estas dos. La primera costaba $400 porque tenía una pintura que, en palabras del vendedor, nunca va a borrarse y la otra, que costaba $2000, estaba en perfecto estado, y sí, aún planchaba.

View-Master de GAF 

Al igual que la primera vez que fuimos al Salado, en el tianguis de Santa Cruz Meyehualco encontramos un View-Master de GAF en buen estado. Todavía traía un disco con diapositivas de la Pantera Rosa y el inspector Clouseau. Nos pidieron $50 pesos por él. .

Reloj de Mickey Mouse

Aunque le falta el péndulo original que tenía un Goofy colgando, este reloj todavía trabaja perfectamente. El vendedor lo tiene bien sincronizado con la hora de su celular y lo entrega con pilas nuevas (al menos eso fue lo que nos dijo). Cuesta $800, aunque está dispuesto a escuchar cualquier oferta que le hagan.

Bolsa francesa decorada con chaquiras

Este es, sin duda, uno de nuestros hallazgos favoritos. El vendedor no se cansaba de repetir que era basura, pero aún así se sentía orgulloso de tener una antigüedad francesa en su puesto. Según nos dijo, está hecha a mano, aunque no sabe otra cosa más que lo que dice la etiqueta: “Made in france”. Costaba $200, lo cual nos parece justo considerando que, a pesar del tiempo, aún conserva algo de su brillo original.

* Si bien los mismos vendedores luchan por que el tianguis sea un lugar seguro para sus visitantes, nunca está de más tomar precauciones. Les recomendamos ir con bajo perfil y siempre alerta.

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