América Latina amanece siempre desvelada. Insomne de los excesos de la noche y borracha de sambas, cumbias, chichas y rock. En las noches de fiesta se libera la carga de la pose y la intención de la belleza; a la orilla de las luces neón cualquiera tiene pinta interesante. El que fotografía la noche corre con esa gran ventaja pues lo nocturno es fotogénico. Aunque no hay que engañarse, pues la foto de la noche no se domina sin paciencia de bebedor y avidez del espectáculo de lo secreto. Noches fieras, en el Museo del Chopo, reúne ese talento de recoger con una cámara lo mejor y peor de las bacanales. La exposición es un ensayo visual de las noches latinoamericanas de 1970 al 2017.
57 artistas y fotógrafos de Colombia, Argentina, Chile, Cuba, Perú y México construyen la muestra curada por Alexis Fabry. Encargado de la colección de Leticia y Stanislas Poniatowski, de la cual provienen todas las imágenes de la muestra, Fabry escoge la noche para borrar fronteras. Todas las fotos la retratan, pero entre luces y desenfreno, los pasos de baile bien podrían ser una samba brasileña o una salsa mexicana.
“La noche embriaga, alborota, disloca; el exceso de mezcal, de tequila, de pisco, de cachaza, de aguardiente, de cerveza. Los cuerpos de los bebedores se vuelven campos de batalla” dice Fabry en las líneas finales del texto de sala. Y es que en Latinoamérica la fiesta cuenta la historia de una ciudad. Los conciertos son política y disidencia, y en el baile hay resistencia, humor y desorden. Noches fieras es todo eso.
Paz Errázuriz fotografía los tangos y Ayrton de Magalhaes realiza sus primeras series fotográficas de los travestis y prostitutas de Sao Paulo. En los setenta, Ernesto Molina compone collages de recortes de prensa y José Luis Venegas fotografía los escándalos nocturnos de la burguesía norteña. En Noches fieras las obras son fotos, pero también periódicos, desechos intervenidos, fotocopias…
La poquísima luz que emana la noche alcanza a colarse al obturador. A lo largo del continente el fotógrafo captura a los que salen a la fiesta, para exhibirse, para esconderse, para escapar. Noches fieras reúne 47 años y 57 personajes dispuestos a retratar la noche, como salvación o condena.
La exposición se inauguró el 20 de septiembre en el Museo del Chopo y estará disponible hasta el 19 de febrero del 2019 en la sala Helen Escobedo del museo.
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