Casi todos somos observadores de aves, pero hay quienes lo llevan a niveles grandes. Están los que pueden cruzar el mundo para ver una especie nueva, y están los que lo hacen como mero pasatiempo, casi siempre por azar. Como quien hace un picnic en medio de Chapultepec y se encuentra un halcón devorando un zanate. O quien ve por su ventana un colibrí. Pero desde luego, entre estos dos tipos de pajareros hay matices. Tótotl organiza pajareadas en distintas zonas de la ciudad, y son para todos, gratuitas. En esta ocasión, el recorrido comienza en el Jardin Botánico de la UNAM y sigue por otras partes más escondidas de la Reserva Ecológica del Pedregal (REPSA).
La REPSA es un matoral xerófilo. Casi un desierto, pero no del todo. De noviembre a mayo es seco y de junio a octubre, como sabemos, llueve. Ahora hay lluvia y está lleno de vida; su paisaje de roca volcánica, entre color negro y color vino se llena de hierbas y flores silvestres y diminutas, y las especies de allí se dejan ver más. Por ejemplo los pájaros. Pero un paisaje no sólo contempla la vista, sino el olfato, el oído. Hay paisaje lírico, dice Tótotl, y nosotros recomendamos mucho ir a sentirlo.
Para que te animes, te enseñamos algunos pájaros que hay en la REPSA UNAM:
Recuerda traer ropa y calzado adecuado porque el terreno es inestable. Si no tienes binoculares, ellos te las prestan.
*La cita es el 1 de septiembre, a las 8 am, en la entrada al Jardín Botánico.
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