Dos cachorros de lobo gris mexicano nacieron en el Zoológico de San Juan de Aragón y nos parecen excelentes noticias. Estos lobatos son la muestra de que cosas buenas pasan durante la pandemia, además su llegada no sólo engrosa las filas de nuestra fauna local, sino las de toda una especie de desde los 70 está en peligro de extinción.
La mamá, Joy, es una loba de 3 años que llegó al zoológico en diciembre para poder aparearse con Nakai, un macho de la misma edad que trajeron desde Cananea, Sonora. Ambos son parte de una línea de raza pura conocida como “el linaje de San Juan de Aragón” y que, según reportes de Sedema, es una de las tres familias más importantes del país. Para darnos una idea de su relevancia, basta con decir que de ahí han salido 124 ejemplares en 30 camadas y eso es bastante cuando se trata de una especie amenazada.
Los bebés nacieron el 19 de abril, pero no fue hasta hace unos días que sus cuidadores y veterinarios pudieron verlos, vacunarlos, conocer su sexo (ambos son machos) y analizar su estado de salud. Afortunadamente, todo indica que son cachorros muy sanos y que, apenas abran el Zoológico de San Juan de Aragón, podremos verlos retozando en el hábitat que comparten con sus padres.
Los otros lobos de la ciudad
Casi todos los zoológicos del país están dentro del Programa Binacional Mexico – Estados Unidos para la Recuperación y Conservación del Lobo Mexicano. Hace dos años en el Zoológico Los Coyotes de Coyoacán, por ejemplo, nacieron ocho lobatos, la camada más numerosa registrada en la ciudad. Aunque en libertad los lobos tienen camadas de hasta 14 lobatos, en cautiverio tienen de uno a seis ejemplares y cada uno es muy importante para su supervivencia. Por eso celebramos cada que aparece una nueva camada en la ciudad.
Esta es la camada de 8 lobatos nacidos en el Zoológico Los Coyotes en 2018.
Estos lobos bebés y todos los que vienen, hacen más notable el papel que desempeñan los zoológicos conservando la especie. En 2012 se estimaba que existían sólo 75 ejemplares en zonas protegidas y no fue hasta 2014 que se registró la primera camada de una loba reintroducida a su hábitat natural. El camino aún es largo, pero guardamos la esperanza de ver a los lobos grises mexicanos y otras especies endémicas recuperar sus espacios.
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