5 centímetros de papel con una banda magnética nos abrieron paso por la ciudad y ahora les damos la despedida: adiós a los boletos del metro de la CDMX.

Con doce líneas, cientos de estaciones y miles de vagones, el metro de CDMX mueve día con día a millones de pasajeros que, hasta dentro de poco, habrán recurrido al boleto magnético para empezar su viaje. Y es que en aras de modernizar el STC (Sistema de Transporte Colectivo), pronto desaparecerán los boletos que durante años conocimos para dar lugar al pago electrónico por medio de tarjetas prepagadas, códigos QR y bancarias. Hoy le cantamos una canción de adiós a esos boletos que comprábamos y guardábamos en la mochila con cuidado de que no se doblaran y dejaran de funcionar.

La historia del metro y sus boletos

El ahora extinto Distrito Federal experimentó uno de sus cambios más significativos cuando pasó de contar con medio millón de habitantes a principios del siglo XX a convertirse en una urbe de más de 5 millones de personas para 1965. Rápidamente los medios de transporte comenzaron a ser insuficientes y una transformación en la manera en la que lxs chilangxs se movían por la ciudad era inminente. Fue así que en 1967 desde la presidencia se decretó la creación del STC, un organismo que construiría y operaría un tren subterráneo en el área metropolitana.

La primera línea en inaugurarse en 1969 fue, por supuesto, la línea 1 –con su distintivo rosa mexicano. Consecutivamente se inauguraron la 2 y 3 en cuestión de un año. Poco a poco, el metro se fue ampliando y ofreciendo su servicio a más pasajerxs y con un costo de $1 y $1.50 pesos.

A lo largo de los años el diseño del boleto que podías adquirir en la taquilla en la entrada, se mantuvo más o menos igual, salvo por pequeños ajustes o ediciones conmemorativas por eventos deportivos como las participaciones de México en el mundial de fútbol, la conmemoración del natalicio de María Félix o Benito Juárez, entre otros.

Los tiempos cambian

El precio del boleto para un viaje en metro ha cambiado pocas veces a lo largo de la historia de la ciudad. Aunque desde 2013 el precio se fijó en $5 pesos, los boletos físicos han ido desapareciendo de a poco. Desde la aparición de la tarjeta recargable que evolucionó a la Tarjeta de Movilidad Integrada que nos permite usar un sólo plástico para tomar el metro, metrobús, cablebús, ecobici y más, hasta llegar al uso de tarjetas de débito y crédito para pagar tus viajes, el futuro ha llegado, y no incluye a los boletos del metro.

Adiós, boletito nuestro

Se estima que la desaparición del boleto del metro significará un ahorro millonario para el STC, pues las máquinas que los imprimen ya son obsoletas, y el mantenimiento de los torniquetes es muy costos. Jorge Gaviño, director general del metro hasta 2018, alguna vez señaló que el costo real de los boletos era de $14 pesos.

“La tecnología del boleto magnético es una de hace muchos años y actualmente ya no encontramos las refacciones ni los equipos para poder reponer los que ya están fuera de servicio”, dijo en entrevista a Excelsior Félix Santiago, gerente de Ingeniería y Nuevos Proyectos del STC.

A pesar de que todavía el 30% de los usuarios siguen utilizando el boleto magnético, la ciudad está cambiando día con día y pronto se unirán al cementerio de objetos del pasado los boletos de metro, como ya lo hicieron los peseros y los tranvías que alguna vez rondaron por la capital. ¡Hasta nunca, boletitos!

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