Siempre imitada jamás igualada, La Poblanita, como su nombre lo dice, es de comida típica de Puebla. Desde que una pareja poblana la fundó en 1947, conserva el mismo sabor y calidad en todos sus platillos. El mole, las chalupas y las fresas con crema que ellos hacen son sin duda las mejores de la colonia, y sus buenos precios, meseros amables y ambiente familiar los hace un clásico y básico de la Ciudad de México.
Los dueños originales trabajaron años antes de ver a la Poblanita triunfar, pero lo lograron. Incluso ganaron la confianza de la clase política, y personajes como Luis Echeverría se volvieron clientes asiduos. Al retirarse, en 1970, dejaron a cargo a otra pareja poblana de la cual sobrevive la viuda. Ella, junto con su nieta, se hace cargo hoy de que todo funcione como un reloj. El reto más importante para ambas es no bajar para nada la calidad de la comida e intentar que siempre sepa como sabía cuando abrió sus puertas hace más de 70 años. Así, todos los días replican el sabor específico del mole, por ejemplo, lo cual no hace falta decir que es una hazaña.
La experiencia en La Poblanita comienza en la entrada: lo primero que se ve es a una persona friendo las famosísimas chalupas verdes y rojas que siempre, siempre hay que pedir de botana. Las tortillas también se hacen a mano, al momento, y están esponjositas. Además del mole en orden o taco, que podríamos decir que es de los 5 mejores de la ciudad, hay una deliciosa sopa azteca, buenísimas enchiladas, tacos dorados, flan y fresas con crema.
Abierto 350 días del año (cierran del 23 de diciembre al 6 de enero), La Poblanita emana un aire de confianza, familiar. Caben alrededor de 100 personas sentadas. La casona donde está tiene más de un siglo de historia y la decoración y el personal parece que también. En una pared cuelgan fotos de los comensales consentidos y, en otra, puras fotos de la actriz Irán Eory.
Es importante no confundirse, pues en la misma colonia han abierto restaurantes con el mismo nombre que nada tienen que ver con ésta la auténtica, única y original Poblanita de Tacubaya, que no tienen sucursales.
El lugar no se renta para eventos especiales, pero se pueden hacer reservaciones hasta para 80 personas. Vende alcohol, se aceptan todas las tarjetas de crédito menos American Express y tiene estacionamiento propio.
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