Algo de la buena comida tiene mucho que ver con el buen humor. Un buen plato –y por “bueno” queremos decir no sólo rico sino también estacional, sano y hecho con cuidado–, te deja tranquilo, ligero, con buena disposición para seguir con la vida. La ligereza es uno de los sentimientos más cotizados en esta actualidad, y comer bien es uno de sus grandes promotores. Justo por eso surge con tanta fuerza el boom de los bowls, que empiezan a reemplazar a las ensaladas porque puedes crear una comida muy satisfactoria, muy sana (con vegetales, proteína, leguminosas y aderezos deliciosos) que cabe en un tazón. Y la verdad es que también hay algo sobre comer de un plato hondo que se siente muy bien.
De los mejores bowls que hemos probado en la ciudad están en Iniciativa Orgánica Local.
Iniciativa Orgánica Local (IOL) es un proyecto de comida sana, con buen sabor y nada pretencioso en precios que en verdad cumple su cometido y te deja sintiendo muy bien. IOL, que ya suma dos sucursales, una en Polanco y otra el Mercado Independencia en el Centro (¡y pronto uno en la Roma!), tiene el concepto completo de Orgánico y Local. Sus ingredientes vienen del Estado de México, Morelos, Puebla y Xochimilco. Todos los productores, pequeños y nacionales, operan con hortalizas y cooperativas en sus comunidades. Esto quiere decir que el cuidado de su producto es bueno, libre de agroquímicos o conservadores. Incluso hacen sus propias leches de almendra, cacahuate y semillas de girasol, así como deliciosos aceites de lavanda, pimiento o hierbas que utilizan en los aderezos de los bowls.
Si eres de los que todo el día tienen ganas de desayunar, pide sin dudar el huevo en pan de campiña. Lo tiene todo, huevo, queso, pan, frijolitos para acompañar y salsas. El bowl tatemado, que trae quinoa, arándanos, aguacate tatemado, zanahorias, garbanzos, almendras, semillas de girasol y aceite de lavada es una delicia. Igual que el bowl de Superfoods (una mezcla de lentejas, garbanzos, camote, cilantro, berros, col morada, calabaza, zanahoria, hemp y aderezo cremoso de limón).
Desde luego también hay jugos y smoothies con frutas orgánicas y de temporada que vale mucho probar. Ah, y el postre de tapioca…
Además de por servir comida rica, que pone de buen humor, y por haber evitado las pretensiones (tan usuales en este tipo de proyectos), recomendamos IOL porque es una iniciativa indispensable para México y para comenzar a consumir lo local.
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