El Borrego Viudo, en Revolución, es quizás la taquería más rápida de México. No importa si estás esperando tus tacos dentro el coche en el estacionamiento (si pones las intermitentes llega un mesero volando) o en el restaurante, el servicio es de altísimo nivel. Allí uno va de madrugada y con mucha hambre por unos de pastor (que no saben a taco de pastor) con una salsa espectacular. Al que le gusta el Borrego va ahí por la salsa de guajillo, y por lo tanto el pastor, la cabeza o la lengua son meros vehículos para comer salsa.
Pero la particularidad del Borrego Viudo es que no importa cuantos tacos de pastor comas, siempre sientes que puedes comer más. Y como tanta gente llega borracha de camino a casa, no hay no hay limitantes propios de la voluntad. Los comensales, a esas horas de la madrugada que es cuando más gente hay, se dividen en taxistas, traileros, policías y borrachos de todas las especies de la ciudad. Es la taquería or excelencia para bajar la peda.
Entre los secretos mejor guardados –incluso si están a plena vista en el menú– están las tortas, en especial la de milanesa con quesillo que es jugosa y bastante pesada. Y para tomar, el tepache. No venden cervezas pero casi todos los clientes piden un tepache helado, fermentado hasta el punto perfecto, que mezcla acidez y dulzor sin rebasar ninguno. Todo sabe tan fuerte aquí que no sabemos bien a bien de qué carne está hecho el pastor, lo que sí es que no es de borrego como podría insinuar el nombre del restaurante. De hecho, no venden borrego ni cabrito pero está en su logo.
Los hermanos Camarena, dueños del negocio desde hace 48 años, han enfrentado varias clausuras debido al exceso de clientes o por atender hasta tan tarde. “Nunca le negamos un taco a nadie”, dicen, “les servimos incluso si estamos a punto de cerrar”. Hace poco, en abril, clausuraron el Borrego Viudo porque presuntamente violaba las leyes de usos de suelo. Abrió de nuevo a las pocas horas, pero poco después se destaparon rumores y acusaciones de que había pugnas familiares e infiltración de delincuencia organizada. Es uno de los casos más intrincados y extraños y hasta ahora no sabemos bien qué es lo que pasó y si en realidad hay un cártel metido en la operación del establecimiento. Lo cierto es que siguen sin negarle un taco a nadie las 24 horas del día y ayudando a que los borrachos lleguen bien comidos a su casa.
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