El otro día nos habló El señor de las salsas para decirnos que había probado unas obleas muy ricas y que quizá nos interesaba probarlas: “están deliciosas, de muchos sabores y no se pegan en el paladar”, nos dijo. Fuimos a visitar el puesto, que se pone en distintos lugares de la ciudad y, en efecto, las obleas y todas las botanas de Raúl son especiales. Muuuuy especiales.
Las obleas
Las láminas de las obleas las hace él mismo con una “pasta” o “harina” de avena. Aunque la forma más común de hacerlas es con harina de trigo, aquí no encontrarás nada de eso. Esta receta es lo que seguramente hace que, como bien dice el Señor de las salsas, la lámina no se te pegue en el paladar o en la boca. Los sabores son varios, resultado de recetas que ha ido perfeccionando a lo largo de 3 años: hay de chocolate con nutella, capuccino, menta con eucalipto, arándano, chocolate con rompope, nuez y nuestra favorita: la de coco. (Es extraordinaria). Todo el chocolate que usa es de la marca Turín, porque a prueba y error se dio cuenta que ese era el indicado. Lo mismo sucedió con el coco, de la marca Rafaello, y con el amaranto y la ciruela y las semillas y con la miel. Nunca usa piloncillo, ni en los muéganos, pues es más saludable “y el sabor me gusta más”, dice.
Las otras botanas
Empezamos con las obleas porque en Local nos gusta lo específico. Pero eso no quiere decir que las botanas de Raúl se queden atrás. Una de las botanas favoritas es la ciruela pasa rellena de nuez y bañada en chocolate con amaranto. Y con muchísima razón. Al menos nosotros nunca habíamos probado algo igual. Lo más popular, además de las obleas, son las galletas, naturales, que hace con una pasta de amaranto y linaza. Los sabores son cuatro y cualquiera es rico porque el secreto al parecer está en la “pasta”: nuez, chispas de chocolate, coco tostado y canela.
Visitamos a Raúl a la hora de la comida, vende como pan caliente. El trato que le da a sus clientes es amigable y, como sus botanas, súper generoso. Por eso recomendamos mucho sus productos y nos alegra poder destacar su trabajo en este espacio. El suyo es un verdadero oficio.
Encuéntralo los lunes y miércoles en el tianguis de Chabacano, viernes en la calle Tokio (atrás de las oficinas del IMSS) y domingo en el tianguis de Tacubaya y Constituyentes.
.
.
Las petroleras de La Güera en Azcapotzalco: de las garnachas más ricas (y grandes) posibles