La reputación gastronómica de la San Rafael a menudo se reduce a la típica comida de carrito que uno compra al salir del metro: hamburguesas, tacos o, con mucha suerte, quesadillas. Pero si uno sabe, hay delicias. Una de ellas es Cencerro que, sin ser un restaurante enorme, sirve hamburguesas de buena calidad y que escapan de la etiqueta del fast food.
Desde la perspectiva de Pablo Mateus, administrador de Cencerro, abrir un local de comida en la San Rafael no es lo más fácil. Llevan allí un año y han visto cómo los negocios abren y cierran sus puertas constantemente. Hasta ahora, sólo la cafetería Camino a Comala —que es su negocio hermano— ha sobrevivido al ambiente hostil de la zona. De acuerdo con Pablo, el abandono de negocios se debe a la poca paciencia de sus propietarios, quienes esperan tener ventas altas desde el primer día. Cencerro tiene muchas cosas a favor. La primera es el espacio, la segunda su playlist y la tercera es que la calle donde están, repleta de herrería rústica y grafiti, que le da un buen abrazo urbano.
¿Pero qué es lo que los vuelve diferentes a otras hamburguesas de la ciudad? Aunque cerca de ahí hay una infinidad de puestos que venden hamburguesas a precios mucho más bajos, las de Cencerro no entran bajo la etiqueta de la comida rápida. Uno tiene que esperar un poco más de lo habitual para poder comer, pero las hamburguesas son artesanales, bien cuidadas y, sobre todo, generosas.
Si tienes mucha hambre puedes pedir la hamburguesa stinky, que hicieron para el aniversario del estudio de tatuajes que está enfrente de Cencerro. Es la hamburguesa más grande del menú y trae rebanadas de tocino grueso marinado en whiskey y café —que, por supuesto, viene de Camino a Comala—. La mayonesa para la stinky también tiene notas de café. Por otro lado, la hamburguesa de la casa tiene rebanadas de pera fresca, mermelada de jalapeño y jamón serrano. En este caso, la carne está rellena de queso ranchero traído de Amecameca. Hay también hamburguesas rellenas con flores de calabaza y queso parmesano, por ejemplo.
En Cencerro las salsas y mayonesas están hechas en casa; el pan viene de el Reloj en la Santa María y es un receta especial para ellos; el queso es menonita y todos los ingredientes son frescos.
Para completar su inclinación hacia lo sustentable —por suerte una tendencia en la ciudad—, las bebidas de Cencerro también están fuera de lo comercial. Si uno pide refresco tiene que elegir uno de los sabores de Búho, una refresquera queretana que, al igual que muchas cervezas artesanales, está tomando fuerza.
A pesar de todo lo anterior, es posible que no escuchemos de una sucursal de Cencerro afuera de la San Rafael. Para Pablo y sus socios, más que expandirse como lo han hecho muchos otros negocios de hamburguesas, lo importante es servir algo de buena calidad y que escape —aunque sea un poco— de lo común. De cualquier forma, si un restaurante promete buena comida, bien vale la pena el viaje. y por lo demás, qué bonita palabra es Cencerro.
[snippet id=”53494″]
.
Más en Local.Mx
Marisquería Boca del Río, clásicos platillos del mar en la San Rafael desde 1941