David Bowie

Retrato de David Bowie

10 de enero 2017
Por: Patricia

Ya fue un año sin Bowie y el Museo de la Ciudad lo celebra

En cinco sesiones de fotos hechas por Brian Duffy, el Museo de la Ciudad muestra la evolución y los aportes estéticos del gran David Bowie.

El hilo conductor de esta por demás oportuna exposición es el talento de David Bowie unido al de Brian Duffy, músico y fotógrafo, durante ocho años de sus carreras. Duffy/Bowie: Five Sessions, que se presenta en el Museo de la Ciudad de México, reúne 42 fotografías del músico, su entorno y la relación creativa entre ambos. Podrá visitarse hasta el 29 de enero de 2017.

David Bowie fue uno de los primeros personajes que perdimos durante el pasado 2016; ese fatídico año para múltiples músicos y actores. Se fue en enero, pero si 2016 hizo algo bueno, fue terminar de definir a Bowie como una leyenda de las más grandes en la historia de la música. Sabemos que marcó un antes y un después, pero sin duda, otras de sus grandes aportaciones  fueron en la estética y en la concepción del género.

Si bien Duffy construyó la imagen de sus alter ego y fotografió la imagen icónica de Bowie, la llamada “Mona Lisa del Pop”, en donde aparece el genio con el rayo en el rostro, también se encargó de concebir su androginia. Lo más interesante al ver las imágenes de Aladdin Sane de Duffy es cómo Bowie se representaba de cuerpo entero casi sin atributos sexuales marcados y cómo formulaba nuevos cuestionamientos estéticos sobre la androginia o la libertad de género.

En las fotografías de Duffy se ve la construcción de Bowie como personaje de múltiples estéticas y recursos. David Bowie fue músico pero también actor, y su carrera en el cine ha sido ampliamente reconocida. De hecho, él mismo declaró que en el escenario se sentía más como un actor que como un artista de rock. Este talento interpretativo lo usó en la película The Man Who Fell on Earth, a cuyo rodaje Duffy acudió para fotografiarlo, al igual que en obras de teatro como The Elephant Man por la que Bowie recibió muy buenas críticas.

Complementan la muestra algunos retratos de Bowie entre sesiones de foto, donde se ve a un hombre sencillo aún con su particular fisionomía, y anécdotas como la que pasó cuando dejó que Duffy renombrase Aladdin Sane, antes A Lad Insane. Todo esto enseña quién fue Bowie. O al menos uno de los Bowies. en realidad. Además de un hombre que estableció nuevas pautas estéticas y rompió con las acepciones de género, se ve a un artista humilde que aunque ya fuera considerado un ídolo, era capaz de acoger en su obra la creatividad de sus colaboradores.

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