Nos lo repitieron muchas veces cuando fuimos niños: no hay que desperdiciar comida, pero todos lo hacemos. Según la ONU, producimos suficientes alimentos al año para todos los que habitamos el planeta, pero entre un cuarto y un tercio de estos acaba en la basura. En cada gran ciudad hay alguna iniciativa que intenta mitigar este problema, pero en México no había una hasta ahora con Robin Food, que, como sugiere su nombre, toma de los ricos para dar a los necesitados.

Robin Food nació por la brillante idea de Fátima Purón del Río, y lo que hace es rescatar la comida que sobra de eventos sociales, sobre todo de bodas, para después donarla a quienes la necesitan.

México es uno de los países que más desperdician comida en Latinoamérica y también uno de los que más sufren desnutrición (otra más de nuestras alucinantes paradojas): por ello Robin Food nos parece tan cabal.

robin food

Del desperdicio al beneficio: así es como funciona Robin Food

1. Los invitas a su evento: envías un correo a [email protected] especificando lugar, fecha y hora.

2. Se programa en su calendario: en la sección eventos de su página puedes corroborar la visita.

3. El día del evento: Robin Food llega por la comida una vez que se hayan retirado los platos de la mesa. Ahí mismo ellos filtran, separan y almacenan en recipientes.

4. Separan la comida dependiendo de su estado: toda la comida de un evento está en buen estado, pero es posible que haya sido mezclada, partida o triturada. Dependiendo de su estado se separa para consumo humano o animal (claro que lo ideal es que quede más para los humanos).

5. La comida llega a su destino: se lleva a los lugares con los que tienen pactada una amistad. La comida “maltratada” la llevan a los albergues de perros y gatos en su lista de apoyo.

Para los que quieran ayudar, hay varias formas de hacerlo: mapear la mayor cantidad de eventos para que ellos recojan las sobras; integrarse al equipo (enviar un correo) o dar donativos en efectivo para comprar los recipientes donde guardan la comida o la gasolina que usan para transportarla.

Si eres dueño o trabajas en un albergue, puedes solicitar los servicios de R. Food.

En diferentes países hay gente que desde sus lugares lo enfrentan, como verdaderos Robin Hoods. Por ejemplo, el refrigerador comunal en Londres, donde la gente deja sobras en buen estado y las toma quien necesita, o el caso de Massimo Bottura –cuyo restaurante es el mejor del mundo– que durante las Olimpiadas en Brasil alimentó a 108 personas con los desperdicios de ese evento. Estamos seguros que esta iniciativa, con el esfuerzo de sus fundadoras y el genuino apoyo de sus seguidores, seguirá creciendo. Tal vez sea que incluya a restaurantes o supermercados que no tienen alianza con bancos de alimentos, tal vez a otras partes del país…

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