Hace unos meses, Panadería Rosetta abrió un tercer local en la calle Puebla 242. La popularidad de sus locales en Colima y Havre –siempre abarrotados– es incuestionable. Este nuevo local es un poco más espacioso y luminoso que el original, y su menú es básicamente el mismo.

panadería rosetta

La panadería y cafetería tiene tres cartas: una de pan dulce y salado, una de comida, y otra de bebidas. De cajón hay conchas, orejas, roles de canela y ochos de crema. Tampoco faltan los croissants, chocolatines, baguettes y hogazas que manifiestan la tradición francesa de su panadería.

panaderia rosetta

Para comer hay ciabattas, baguettes y croissants rellenos. Y el quiche de tomate con queso de oveja y la lasagna tradicional están igual de cuidadas que cualquier platillo de Lardo o Rosetta, los restaurantes más serios de Elena Reygadas. El café, desde luego, es también delicioso.

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Pero la Panadería Rosetta se distingue porque tiene sus propias creaciones. Y es lo que a todos nos encanta; porque son recetas sencillas pero originales y hechas a la perfección. El scone de arándano y cítricos cruje y luego se deshace en la boca; los muffins de grano y fresa o de elote son suavecitos; el bollo de romero sabe y huele a huerto; y los roles de estragón o cardamomo no existen en otra parte.

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Ahora bien, la razón principal por la que los clientes abudan se llama rol de guayaba, el postre más codiciado de Rosetta. Se les termina alrededor de las 12 del día y luego hacen otra tanda para la tarde. En realidad, Rosetta le debe la mayor parte de su fama a este rol estelar, y es que no es para menos. La buena noticia es que este (semi) nuevo local tiene mucho pan de guayaba para dar.

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