Tenemos muy pocos lugares donde comer auténtica comida tailandesa. Tanto la comida tailandesa como la vietnamita –así como la mexicana– es más auténtica, mucho más sabrosa cuando es callejera. Por ello, los creadores del ya clásico Galanga Thai Kitchen, Eleazar Ángeles y su pareja, la chef tailandesa Somsri Raksamran, decidieron abrir Kiin Thai-Viet Eatery, un restaurante con todo el sabor callejero del sudeste asiático.

Eleazar, quien desde luego ha viajado muchísimas veces a Tailandia y comido en todo tipo de restaurantes y puestos, está convencido de que hay algo en el sabor de la comida thai que cambia mucho cuando la prepara un nativo. Dice que a la fecha le sigue impresionando la variedad de sabores que Somsri puede distinguir con facilidad y él, naturalmente, no.

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El lugar es fresco, huele a especias. El techo es alto y de las paredes cuelgan plantas selváticas y helechos frodosos. También huele a humo; llega del patio, donde tienen la parrilla en la que asan, por ejemplo, los camarones Goong Pao que se acompañan de dos salsas –bastante picantes— que resaltan el sabor a brasa y a piel de camarón perfectamente dorada, pegada a la carne.

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También hay opciones frías, como la ensalada de papaya verde, un clásico tailandés. La papaya verde, que no es dulce sino fresca como un pepino, sabe al aderezo de ajo crudo y chiles que la acompaña. Hay pho, una sopa vietnamita con carne de cerdo y hierbas aromáticas; hay noodles y arroces preparados con mezclas de jengibre u otras especies, caldos de pesacado, res, leche de coco, chiles secos y frescos –todos esos ingredientes que le dan el toque entre dulce y picante característico de esa comida.

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La coctelería es un tema. Tiene desde sabores más familiares como gin con toronja, hasta un (insólito) “pho en las rocas” que concentra el sabor de la sopa pho en una bebida de gin, limón amarillo, cilantro canela y anís. También hay muy buenas opciones de bebidas sin alcohol. Recomendamos el té de alcachofa –sí de alcachofa– o un thai milk tea. Ambas son increíblemente dulces, casi postres.

Para cerrar con más postre: sticky rice –por siempre uno de nuestros consentidos. Este invento clásico de las calles tailandesas es arroz dulce y glutinoso con leche de coco acompañado de mango. Puro amor. Kiin es nuevo en la ciudad, ya es necesario hacer reservación para asegurar una mesa, ya que no es un lugar muy grande y se llena rápido.

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