“El mapa no es el territorio”, decía Alfred Korzybski, y en la Ciudad de México esto se corrobora especialmente bien. En ningún mapa de la Ciudad de México habíamos visto el territorio espesísimo que capta Santiago Arau desde las alturas. Nada lo hubiera anticipado. La inmensidad, los colores y los volcanes que forman esta ciudad son un rostro completo que a los habitantes casi nunca nos es concedido ver.
Santiago Arau tiene más de 15 años de trayectoria como fotógrafo, y recientemente lo han apodado, apropiadamente, el encantador de drones. Él tiene una infatuación contagiosa por las montañas, los volcanes (el Xitle, el Teutli y el Tetlamanche, sobre todo) y por entender el territorio desde un punto de vista que excede la escala humana. De hecho, hace poco escribimos sobre su nuevo proyecto de trazar y fotografiar desde arriba el perímetro de Tenochtitlán (puedes leer el artículo aquí).
“Estamos rodeados de elementos que no nos damos cuenta que existen y lo maravillosos que son”.
Santiago Arau
Su trabajo se ha presentado en la Bienal de Venecia, la Casa América en Madrid, el Museo de Arte de Filipinas, entre otros. Ha recibido distintos reconocimientos como el Golden Ring Award otorgado por el Comité Olímpico Internacional por su trabajo realizado en las Olimpiadas en el 2014. En los últimos años su trabajo de fotografía aérea ha llamado la atención de medios nacionales en internacionales como la BBC, New York Times o El País. En 2018 presentó junto con Diego Rabasa un documental del terremoto ocurrido en la Ciudad de México, grabado en su totalidad con drones. Actualmente realiza un proyecto fotográfico aéreo en la frontera entre México y Estados Unidos.