En un mundo en que todo lo que parecía imposible deviene posible, en que se ha destapado una caja de Pandora que no tenemos idea qué va a pasar, lo importante, lo imprescindible, es regresar a lo local. Hay que comenzar a cortar el cordón umbilical que nos mantiene tibios y perezosos, acostumbrados a la indiferente comodidad de las corporaciones y cadenas de tiendas, y regresar a lo micro. Hagamos el propósito de comprar a pequeñas empresas y autónomos. Compremos local.

En el nivel más básico, cuando compras local, más dinero se queda en la comunidad. “Y el dinero es como la sangre”, dice el investigador David Boyle para la revista Time. “Necesita seguir moviéndose para mantener a la comunidad viva”. Si compramos siempre en grandes supermercados y otras tiendas no locales, la sangre se escapa “como una herida”, señala Boyle.

Es verdad que en muchas zonas de la ciudad no tenemos recursos locales para poner este plan en marcha, pero con preferir el mercado al supermercado, la miscelánea al oxxo, estamos haciendo circular la sangre de la comunidad. Y lo cierto es que cada vez hay más negocios y productos de calidad hechos por locales para locales. Comprar pan en la panadería de barrio, ropa con la diseñadora mexicana, café en la cafetería honesta (la que no es cadena) o verduras el mercado. O es más, comprar todos los regalos de Navidad a pequeñas empresas mexicanas es suficiente para activar el flujo sanguíneo de una comunidad. Tal vez estemos ante una crisis orgánica de la evolución de nuestra especie.

Estas son 7 razones para comprar local:

– Tu gasto activa la economía local
– Proteges el medio ambiente
– Promueves la diversidad de productos
– Preservas el espíritu emprendedor
– Tienes más opciones
– Le das carácter a tu zona
– Lo local sabe mejor