Si uno levanta y gira su plato en un restaurante o mira muy de cerca el tenedor que tiene a lado, lo más probable es que vea la marca Ánfora. Desde 1920, ésta es la tienda comercial por excelencia de vajillas de cerámica y porcelana. Es uno de esos sobrevivientes mexicanos que hay que celebrar, pues no han dejado de hacerlo bien.

Ánfora es industrial. A diferencia de las marcas artesanales (o incluso de lo que implica hacer tu propia cerámica), sus clientes son restaurantes, hoteles o tiendas departamentales. La fábrica está en Pachuca, pero nació en la Ciudad de México, en un lote detrás del Palacio de Lecumberri. Pero sus piezas también visten las mesas mexicanas, y algunas no le piden nada a las de otras tiendas comerciales extranjeras o de diseño.

Como toda tienda de fábrica, a esta llegan los objetos que tienen algún pequeño defecto. Por ello los precios son bajos. Es un bodegón desordenado en la colonia Doctores que invita a hacer hallazgos (y amamos los hallazgos). Hay platos de todos los tamaños y son de cerámica, vidrio o porcelana; hay hondos, planos, grandes, medianos y hasta miniatura. Entre nuestros favoritos están los salseros a $5 pesos, floreros a $7, cremeras a $15 o platos hermosos a $30.

Esta ubicada en Dr. Lucio 181.

Estas son algunas piezas que encontramos:

$30 pesos.

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$30 pesos.

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Plato pequeño: $5 pesos.

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$26 pesos.

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Cremera $16 pesos.

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Salsera $16 pesos.

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