Retomando elementos mexicanos, la diseñadora de modas Barbara Sánchez-Kane está a 100 años luz de todos los demás de su generación. Le importan los derechos LGBT, el racismo, los migrantes, el caos y la crisis generada por distintos factores en el mundo. Y lo cristaliza en su ropa.
Sánchez-Kane es una marca de ropa para hombre que empezó hace dos años y lleva tres colecciones que se han presentado principalmente en Estados Unidos. Bárbara Sánchez Kane es de Mérida, y estudió ingeniería industrial y luego diseño de modas en la escuela Polimoda en Florencia.
El espíritu de Sánchez-Kane es el México contemporáneo y su folclor llevado al extremo.
“Muchos de los elementos de mis colecciones nacen del centro de la ciudad. Me encanta cómo las personas se ponen el cinturón, sombrero y hasta el molcajete encima. Esa imagen del sombrero que Irving Penn retrato hace años cuando estuvo aquí en México, eso es lo que veo. Yo soy de provincia y aquí en el D.F. se visten mucho más padre”.
Sánchez-Kane es una marca de menswear pero se vende como unisex, pues aunque las tallas son de hombre algo small le queda oversized a las mujeres.
“Yo visto al macho sentimental, a está persona que está en contacto con sus dos lados. Así me siento yo, soy mujer pero me siento muy cercana a mi lado masculino. Me visto de una forma más masculina, por eso me gusta más la sastrería para hombre”.
Ella trabaja mucho con metal porque eso es lo que ve en un cuerpo masculino, algo rígido y con menos curvas. Le gusta añadir a sus prendas cosas en punto de cruz hechas por artesanos mexicanos o leyendas, como Barrio Couture o Sexxxinfluencer.
Sorprendentemente, Sánchez Kane es más conocida en el extranjero, pero vive y trabaja en Mérida (sin aire acondicionado ni música) porque se distrae fácilmente. “Cuando la gente me dice ‘te estas comiendo el mundo’ yo les digo que más bien estoy comiendo cochinita en Mérida”.
La marca en sí es muy arriesgada, o la odias o la amas. Es una mezcla de piezas de arte con ropa. ––Una de las cosas que le dio más visibilidad a su trabajo fueron las cinco instalaciones que hizo en el Instituto de las Artes de California.
“Me gusta jugar con el humor y con la percepción de la belleza. Es muy padre traducir la ropa en arte. En estas instalaciones inspeccioné el cruce de un migrante en la frontera haciendo un tractor humano. Otra se llamaba La revancha de Moctezuma y en otra el artista @elrafaesparza tenía unas botas con cuchillos y a control remoto cortaba naranjas, se llamaba Mi otra mitad. Esto representaba para a mí a la gente que deja a su familia en su país y poco a poco va perdiendo los lazos que los unen”.
La primera pop up store en la CDMX ocurrió hace un par de semanas en Vitrina México (Marsella #59, colonia Juárez). Se inauguró con un performance de una tortillería. Aquí podías encontrar las piezas más comerciales de sus colecciones, al igual que las tortillas son lo más comercial del país.
“De casualidad estaba @latexlucifer_ de vacaciones en México. Él es un modelo que use en el Fashion Week de Nueva York y de último momento fue el taquero del performance. Le pusimos a las tortillas el logo de Sanchez-Kane, que posteriormente se donaron a una granja de cochinos. Esto fue una crítica al derroche de dinero de las campañas políticas, tema que me interesa mucho. En la temporada pasada teníamos a ex presidentes impresos en collares y joyería. Yo aconsejo votar y tener una opinión, porque si no, no nos podremos quejar”.
Sánchez-Kane será invitada especial el próximo año en el Design Week de la Ciudad de México y en el Fashion Week de Milán.
“Gracias internet porque ya no existe la ansiedad territorial.”