La Zamorana Tienda de Maravillas
10 de septiembre 2019
Por: Lucia OMR

La Zamorana Tienda de Maravillas: para comprar un museo entero de objetos de papel y adornos

A La Zamorana Tienda de Maravillas la apodó así Gabriel García Márquez. Es una cámara de maravillas de papel: hay lámparas, papel picado y todo lo demás...

Toda buena tlapalería, y toda papelería que se respete, es una tienda de maravillas. Pero La Zamorana es aparte. Esta sí fue bautizada oficialmente así por nada menos que Gabriel García Márquez, quien alguna vez entró a la tienda y dejó escrito en un papelito, junto a una flor dibujada,“Una flor de recuerdo para Socorro Herrera, en su tienda de maravillas’’.

Uno entra a La Zamorana y no sabe hacia donde voltear entre tantos adornos y colores: allí siempre es fiesta o efeméride o celebración nacional. Hay papel picado, faroles, lámparas de papel, banderillas, flores, estrellas, cortinas, frutas… Y cada objeto está hecho de diferentes tipos de papel. Es como un museo de figuras frágiles. Incluso uno puede ir y sólo mirar los detalles que forman La Maravilla, aunque es difícil no salir de allí con alguna compra para la casa.

La Zamorana Tienda de Maravillas: comercio justo hecho en México

La Zamorana Tienda de Maravillas se surte en talleres artesanales de Chiapas, Tlaxcala, Puebla, Michoacán y el Estado de México, así que todo en hecho en México y en gran medida comercio justo.

Según la temporada es el color principal de los adornos y las cantidades de una sola cosa. Septiembre, mes de la Independencia, esta lleno de campanas, banderas, cadenas, muñecas, y parafernalia tricolor. Para el Día de Muertos el papel picado y las flores de papel más bonitas están ahí. Podríamos decir que es uno de los mejores lugares para comprar adornos de fiestas.

Alrededor de 1860 La Zamorana abrió en la zona del antiguo mercado de La Merced. Entonces era una tlapalería que aún no vendía artesanías mexicanas. El dueño era de Zamora, Michoacán, y el apelativo “Tienda de Maravillas”, ya en los noventas, fue un regalo de Gabo que le traería muchísima suerte a la tienda y muy buenas ideas al fundador, quien comenzó a vender verdaderas fantasías de papel después de eso. Ahora todos entran para maravillarse.

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