La esclavitud moderna es la industria de la confección: maquilas de grandes industrias que se establecen en países de desarrollo, en donde la jornada laboral es larga y la paga mínima. Desde hace unos pocos años, hay una empresa mexicana que llena el hueco inmenso en el sistema fabricando prendas de buena calidad, vendiéndolas a precio justo y, sobre todo, pagando bien a sus trabajadores. Básicos de México fue todo un acontecimiento; algo así como nuestro propio “mexican apparel” de prendas básicas y comercio justo.
Desde sus incios, Valerie Benatar y Daniela Gremion (las creadoras del proyecto) plantearon que las prendas de BSCSMX –como le dicen– estuvieran disponibles sólo en línea. En su catálogo uno podía encontrar (básicamente) camisetas, vestidos y sudaderas de algodón de colores neutros para hombre y mujer. Afortunadamente, para los que gusten de ver las prendas con calma, sentir las telas suaves y resistentes y medirse lo que necesite, está su nuevo showroom.
Lo inauguraron en diciembre del año pasado en la colonia Juárez, Donato Guerra 1, Int 208, para ser exactos. Durante los primeros meses funcionaba sólo mediante citas, pero desde el 5 de marzo de éste año, está abierto todos los martes y los jueves de 10:30 a 18:30. Aunque la modalidad de las citas continua fuera de esos horarios. Y por supuesto, la de comprar en línea.
La ropa de BSCSMX está hecha de tela mexicana de calidad. Su modelo de producción es de maquila justa: se asocian con pequeñas cooperativas (en muchos casos familiares) para garantizar que quien colabora con ellos es tratado con dignidad, pagado justamente y valorado por su trabajo. También se involucran en el reúso y reciclaje de sus prendas una vez que terminen su vida útil. Además, cada tanto colaboran con algunas marcas alineadas a su visión de trabajo justo, como cuando se aliaron con Diego, de Fck la Migra, diseñando camisetas para apoyar a los migrantes que regresaban al país sin un modo de rehacer sus vidas.
Básicos de México es una de las alternativas maravillosas a la culpa intrínseca que sentimos al saber que nuestras playeras de Zara provienen de la explotación. Además, es una iniciativa completamente mexicana, honesta y con ropa duradera, que ahora también podemos conocer de primera mano en su tienda.
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