sillas
4 de julio 2018
Por: Andrea Cinta

Porque las sillas nos definen: 4 sillas esenciales del paisaje de la ciudad

La historia de 4 sillas con las que convivimos a diario, tan anónimas como omnipresentes. Presentes en parques, oficinas, hospitales y estadios.

El diseño industrial de este país es tan prolífico ahora como lo fue en su época gloriosa, entre 1940 y 1980. Si hablamos de sillas la conversación puede ser larga; somos más que la silla Acapulco. Irónicamente, muchas de las (otras) sillas con las que convivimos a diario en la ciudad son tan anónimas como omnipresentes. Están en parques, oficinas gubernamentales, quizás en casas de conocidos o en la de nuestra infancia. Son parte del paisaje urbano aunque sea en expresiones mínimas, y la historia de su diseño es también la historia de la ciudad.

Silla DDF

Iniciaba la década de los 60 y el Departamento del Distrito Federal (DDF) implementó un programa muy ambicioso de restauración de parques y jardines públicos. Para los nuevos parques se necesitaba diseñar mobiliario urbano; así es como surgió esta silla que combinaba muy bien los elementos necesarios para cualquier lugar al aire libre: larga duración y mínimo mantenimiento. La colección también tiene bancos, sillas de concreto, mesas redondas con tablero de ajedrez en mosaico (que aún sobreviven en un pequeño parque en San Pedro de los Pinos), bancas de dos plazas, un banco cuadrado y uno redondo.

El diseñador de estos muebles entrañables de los parques permanece, lamentablemente, anónimo.

Silla Polyprop

Probablemente la más fabricada y vendida de la historia de la ciudad. Un diseño de Robin Day con la técnica novedosa –para la época– del plástico inyectado para las producciones masivas. Todos las asociamos con los salones de las escuelas, las oficinas gubernamentales o los estadios, por motivos que no son casuales. El primer gran pedido de estas sillas estuvo destinado a llenar el estadio olímpico de Ciudad Universitaria con 38 mil Polyprop, para los Juegos Olímpicos del 68.

Este diseño tuvo alcance más allá de la frontera, gracias a los contratos que estableció Day. Toda la producción, sin embargo, fue mexicana en su totalidad y las sillas aún se encuentran en hospitales, escuelas y oficinas públicas.

Silla Gabi’s

Emblema de la cafetería del mismo nombre, toda una institución en la colonia Juárez, la silla Gabi’s fue diseñada por el mismo dueño del café, Gabriel Guevara. El modelo de su invención es un armazón de tubos doblados y madera de pino; los tubos en las patas y estructura del respaldo, el pino en el asiento de tablas de madera. Lo más llamativo es el óvalo de herrería que corona el respaldo con los garigoleos del centro.

Al principio en el local la silla era plegable, cuando a finales de 1970 Gabi’s se movió de lugar a la esquina de Liverpool se mandaron a hacer nuevas sillas siguiendo el modelo de Gabriel Guevara, pero esta vez fijas; así nació este mueble emblema de la cafetería.

Silla Comodina

Una fábrica de muebles en el estado de México fundada por Antonio Ruíz Galindo es un capitulo importante e infravalorado en el diseño industrial del país. Se fundó en 1929 y en principio se llamó Distribuidora Mexicana; pronto cambió su nombre a DM nacional. Durante muchos años la marca distribuyó muebles a prácticamente todo el país, así que casi todas las nuevas oficinas gubernamentales se equiparon con diseños como el de esta silla.

De clara inspiración en la Organic Chair de Eero Saarinen y Charles Eames, se fabricó con materiales más austeros como el plástico, y no se acojinó o forró como la original.  Asiento y brazos son una sola pieza de plástico y el respaldo tiene un hueco central.

Asimétrica y moderna es testigo de la apertura de México al mundo durante el siglo XX, diseñando piezas que compitieran en un mercado internacional.

 

*Con información de Mueble Mexicano

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