Cuando hace algunas décadas imaginábamos el futuro, no era tan diferente a como lo es hoy en día. Ya existen transportes que sobrevuelan las autopistas, como el straddling bus chino, relojes capaces de todo como el del Inspector Gadget y chips casi insertados en nuestras manos en forma de smartphones. Éstos últimos son los protagonistas del festival ArtFutura que este año se presenta en el Centro de Cultura Digital entre el 11 y el 13 de noviembre.
La realidad virtual y su concepción existen desde hace mucho en las mentes de los interesados en ella. Ivan Shuterland, pionero estadounidense de Internet, la introdujo en la historia en los años 60. No fue hasta casi 30 años más tarde, en los 90, que gracias a la difusión de la programación y la computación, este concepto llegó hasta nuestras casas. Se demostró entonces que el ciberespacio es algo más cercano que el espacio exterior pero igual de desconocido ante nuestros ojos.
Ahora, ArtFutura presenta lo que denomina la segunda oleada de la realidad virtual. Gracias a los smartphones, la realidad virtual no es ese puerto al que accedemos desde nuestra computadora, alojada en aquella esquina de nuestra casa. Ya no tenemos que sentarnos en esa máquina del tiempo cibergaláctica de nuestro escritorio, sino que podemos entrar en ella sentados en el metro o caminando hacia una entrevista de trabajo.
El desvanecimiento del límite entre la realidad y la realidad virtual será cada vez más imperceptible dentro los próximos 12 meses. Esto es lo que plantea ArtFutura y esto es lo que desde hace años, hemos estado temiendo del avance tecnológico. Pero gracias a eventos como este festival, cuyo programa contempla proyecciones de documentales y videos relacionados con la virtualidad interactiva, se nos permite insertarla en un momento real de nuestras vidas. Tienes 3 días para interiorizarla porque queramos o no, la realidad virtual ya no es del futuro, y el futuro, es el presente.
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