Dicen que si uno llora más de 11 minutos sin parar su sistema nervioso colapsa. Para como está el mundo, seguro el cuerpo ya hizo tregua y aguante unos 18-19 minutos, a saber. Las esquinas ya no alcanzan y entonces lloramos para la pantalla, mientras andamos por la vida suspirando en diminuto. Está bien, hay que dar cabida a nuevas sensibilidades, dice _llorar cdmx; un espacio cultural que abrió recientemente en la ciudad y que nos representa o, aún mejor: avala que nos autorepresentemos. _llorar quiere captar el flujo de proyectos emergentes en la ciudad y ser un experimento curatorial que expropie lo público y lo privado (como las esquinas para llorar).
_llorar está en un lugar que solía ser un salón de baile barroco en la San Rafael, de techos altos, piso de pasta, muros garigoleados, molduras, dorado y atasque. Ahora (mal)conserva esos elementos como una perfecta metáfora de sí misma: es un espacio dedicado a la gestión y producción cultural, que no tiene nada de barroco. Busca remover términos y conceptos que otros espacios consideran inamovibles: gestión, manifestación estética, cultura y arte. O acaso provocar otro tipo de barroquismos: proyectos que propongan distintas relaciones con los objetos o con las palabras, “que pongan en cuestión los objetivos de producción de capital como fin último de la vida social”.
Hasta ahora ha habido sobre todo poesía y performance. Nuevas poesías, poesía inocente, poesía expandida. Performance, ritual, perreo, cine, baile, show. La semana pasada hubo una lectura de poesía por Broken English (una editorial digital de poesía que publica poesía, memes y bots) con intervenciones de Google Translate. Antes un curso de literatura electrónica o una exposición de artistas que trabajan con iconografía popular. Así de variado y excéntrico.
De hecho, su programa es resultado de una convocatoria permanente, abierta a todos los interesados en realizar colaboraciones, eventos, exhibiciones y toda actividad cultural que sea afín a _llorar. El equipo, que lo conforman Amado Cabrales, Nicolás Zavala, Camila Gómez y Daniel Suástegui, selecciona los proyectos que ven que estos dialogan o confrontan los objetivos del espacio y el espacio mismo: sus condiciones materiales, comunidades, etc. Sólo es necesario enviar la propuesta a llorar.cdmx@gmail.com.
Nos gusta que existan espacios así. Que tengan ganas de desmantelar la división tradicional entre la alta cultura y cultura popular que define la historia del arte en la Ciudad de México; que den la bienvenida a otras sensibilidades. Espacios frescos y no fríos (ni cubos, ni blancos) para nosotros: simples bots confundidos que no paramos de _llorar.
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